Francisco celebra la Cena del Señor con menores carcelados
(RV).- “Estaba preso y me visitaron” dijo Jesús cuando habló del examen final de
nuestra vida. Hoy el Papa Francisco junto a menores carcelados en la celebración propia
del Jueves Santo, la Última Cena de Jesús con sus discípulos, antes de que lo apresaran,
torturaran y asesinaran en la cruz. En esta cena Jesús lava los pies a sus discípulos,
ofrece su Cuerpo y Sangre y da el mandamiento del amor: “Ámense entre ustedes como
los amo yo”.
Este gesto de Francisco corresponde a su invitación de todas sus
primeras homilías en las que nos invita a salir de nosotros mismos para ir a las periferias
geográficas y existenciales.
A la cinco de la tarde, en el Instituto Penal
para Menores de “Casal del Marmo”, en las afueras de Roma, comenzó la Misa “in cena
Domini” celebrada por el Papa.
En su ministerio como Arzobispo de Buenos Aires,
el cardenal Jorge Mario Bergoglio acostumbraba celebrar esta Misa en una cárcel, en
un hospital o en un hospicio para pobres o personas marginadas. Y en su primer Jueves
Santo como Pontífice, Francisco ha querido seguir también esta tradición visitando
este reformatorio romano. De modo que con esta celebración de Casal del Marmo, el
Papa Francisco ha proseguido esta costumbre, que se desarrolló en un contexto de gran
sencillez, mientras las demás celebraciones de Semana Santa, tal como les hemos informado
oportunamente, tendrán lugar según el uso habitual.
En su homilía, el Pontífice
recordó que Jesús lavó los pies a sus discípulos. Y añadió que Pedro no comprendía,
pero Jesús explicó su gesto. Dios ha hecho esto y explica a sus discípulos que deben
seguir su ejemplo. Si el Señor, el Maestro ha lavado los pies a sus discípulos – dijo
el Papa – también ustedes deberían hacer lo mismo. Es el ejemplo del Señor. Entre
nosotros el que es más alto debe estar al servicio de los demás. Y éste es un signo:
lavar los pies quiere decir: yo estoy a tu servicio. Debemos ayudarnos – afirmó Francisco
–. Ayudarnos recíprocamente: esto es lo que Jesús nos enseña. Y estos es lo que yo
hago. Y lo hago de corazón – dijo el Papa – porque es mi deber como sacerdote y como
obispo. Es un deber – añadió – que me viene del corazón. Me gusta hacerlo – explicó
– porque el Señor así me lo ha enseñado.
“A veces – dijo Francisco – me enojé
con uno o con otro. ¡Olvídalo! Y si te piden un favor, hazlo. Esto es lo que Jesús
nos enseña y lo que hago yo”. Pero también ustedes – observó – ayúdense siempre y
así, ayudándonos nos hacemos el bien. Que cada uno de nosotros piense: ¿estoy dispuesto
a servir, estoy dispuesto a ayudar al otro? Este signo es una caricia de Jesús que
ha venido precisamente para esto, para servir, para ayudarnos.
Al respecto
cabe destacar que también el Papa Benedicto XVI visitó este Instituto de Casal del
Marmo el 18 de marzo de 2007, donde celebró la Misa en la Capilla del “Padre Misericordioso”.
Ha
sido grande la expectativa de los menores que se encuentran detenidos, unos cincuenta,
entre los cuales once chicas.
En una entrevista de nuestra colega Benedetta
Capelli a la voluntaria Annalisa Marra, quien desde hace cinco años presta su servicio
en este penitencial ha explicado que muchos de estos menores han recibido la noticia
de la llegada del nuevo Papa con gran sorpresa, alegría y curiosidad, especialmente
por parte de los que no son católicos, por lo que se preguntaban quién es el Papa.
Mientras
esta misma noticia ha sido recibida gozosamente por parte de los muchachos italianos
que no se la esperaban, y que quedaron sumamente sorprendidos por el hecho, inusual,
de que un Papa vaya a una cárcel. Algo que no sucede todos los días.
Y cuenta
que estos menores detenidos han preguntado a los voluntarios cuánto les pagaban a
ellos por ir a este instituto de detención. Mientras en el momento en que descubrieron
que nadie les ha pagado y que todo se realiza gratuitamente apreciaron mucho este
gesto, tal como han apreciado el gesto del Papa, que los ha elegido a ellos, para
lavarles los pies. Un gesto de humildad que no los hace sentir marginados sino cerca
del mundo real.
En cuanto a la pregunta de qué querrían decirle estos menores
al nuevo Papa, la voluntaria entrevistada explicó que basándose en la precedente visita
a esta cárcel de Benedicto XVI, lo que desean es que Francisco rece por ellos, para
no sentirse lejos del mundo católico.
Texto completo de la homilía del
Papa Francisco
Esto es conmovedor.
Jesús que lava los pies a sus discípulos. Pedro no entendía nada, rechazaba. Pero
Jesús se lo explicó. Jesús – Dios – ¡hizo esto! Y Él mismo lo explica a los discípulos:
“¿Comprenden lo que he hecho por ustedes? Ustedes me llaman el Maestro y el Señor,
y dicen bien, porque lo soy. Por tanto, si yo, el Señor y el Maestro, les he lavado
los pies a ustedes, también ustedes deben lavar los pies los unos a los otros. Les
he dado un ejemplo, en efecto, para que también ustedes hagan como he hecho yo”.
Es
el ejemplo del Señor: Él es el más importante, y lava los pies, porque entre nosotros,
el que es el más alto debe estar al servicio de los demás. Y esto es un símbolo, ¿es
un signo, no?
Lavar los pies es: “yo estoy a tu servicio”. Y también
nosotros, entre nosotros, no es que debemos lavar los pies todos los días uno al otro,
¿pero qué significa esto? Que debemos ayudarnos, uno a otro.
A veces
me he enojado con uno, con otra… pero… deja que pase, olvídalo, y si te pide un favor,
se lo haces. Ayudarnos uno a otro: esto es lo que Jesús nos enseña y esto es lo que
yo hago, y lo hago de corazón, porque es mi deber, como sacerdote y como obispo debo
estar a su servicio.
Pero es un deber que me viene del corazón: lo
amo. Amo esto y me gusta hacerlo porque el Señor así me lo ha enseñado.
Pero
también ustedes, ayúdense. Ayúdense siempre. Uno a otro. Y así, ayudándonos, nos haremos
el bien. Ahora haremos esta ceremonia de lavarnos los pies y pensemos, cada uno de
nosotros piense: “¿Verdaderamente yo estoy dispuesta, estoy dispuesto a servir, a
ayudar al otro?”. Pensemos esto solamente. Y pensemos que este signo es
una caricia de Jesús, que hace Jesús, porque Jesús ha venido precisamente para esto:
para servir, para ayudarnos.