2013-03-23 13:53:45

El mensaje de Jesús es la misericordia


El Papa en la semana

(RV).- (Con audio) RealAudioMP3 El Señor no se cansa jamás de perdonar, somos nosotros los que renunciamos a pedir su misericordia. El nuevo Obispo de Roma celebró el pasado domingo 17 de marzo, la santa misa en la parroquia vaticana de Santa Ana en cuya homilía recordó a los presentes que Jesús se ha hecho hombre para llevar al corazón de todos, la misericordia infinita de Dios.

Con la sencillez y espontaneidad de un pastor entre su grey en el día del Señor, el Papa Bergoglio comentó el episodio evangélico del perdón concedido por Jesús a la adúltera. Y precisó que si bien nos agrada escuchar la palabra del Hijo de Dios, al mismo tiempo, a veces, “nos gusta bastonear y condenar a los demás”.

“No es fácil encomendarse a la misericordia de Dios – dijo en su breve, pero intensa homilía pronunciada sin leer – porque es un abismo incomprensible”, pero no nos cansemos, prosiguió Francisco, de pedir perdón por nuestros pecados. Dios, en efecto, tiene una extraordinaria capacidad de olvidar y cada vez extiende sus brazos para abrazarnos, para besarnos, pidiéndonos sólo que no pequemos más.

En la pequeña iglesia de Santa Ana fueron tantos los fieles que se dieron cita para esta ocasión especial, incluso un joven sacerdote argentino que trabaja con los chicos de la calle en Uruguay, a quien el Papa homenajeó afectuosamente. Una vez concluida la celebración, el Pontífice saludó a todos, uno por uno, yendo también más allá de la Puerta de Santa Ana para saludar a cuantos abarrotaban los alrededores del confín vaticano.

Un poco de misericordia volvería al mundo menos frío y más justo. Una Plaza de San Pedro festiva y variopinta abrazó ese domingo al Papa Francisco en su primer ángelus que rezó desde la ventana del Palacio Apostólico. El Papa Francisco habló de la paciencia de Dios con sus hijos, del ejemplo de Jesús, que jamás tiene palabras de desprecio y de condena, sino sólo de amor y de misericordia. Si el Señor no perdonara, prosiguió, citando un libro del Cardenal Walter Kasper y recordando una conversación mantenida con una señora de 80 años cuando acabada de convertirse en obispo, el mundo no existiría. Una vez más, el Papa Francisco pidió que se rece por su ministerio, exhortando a todos a buscar siempre el perdón de Dios.

Y al concluir explicó: “Elegí el nombre del Patrono de Italia, San Francisco de Asís y esto refuerza mi lazo espiritual con esta tierra, donde, como saben, están los orígenes de mi familia. Pero Jesús nos ha llamado a formar parte de una nueva familia: su Iglesia”.

“Custodiar a Jesús con María, custodiar toda la creación, custodiar a todos, especialmente a los más pobres, custodiarnos a nosotros mismos; he aquí un servicio que el Obispo de Roma está llamado a desempeñar, pero al que todos estamos llamados, para hacer brillar la estrella de la esperanza: protejamos con amor lo que Dios nos ha dado”.

Con esta fuerte exhortación el Papa Francisco concluyó la mañana del martes 19 de marzo la homilía de inicio del ministerio petrino. En la plaza de San Pedro, estuvieron presentes casi 200 mil fieles a quienes el Obispo de Roma les indicó, en el día de su fiesta, el modelo de San José, custodio de María y de Jesús así como de toda la Iglesia, tal como lo subrayaba el beato Juan Pablo II.

Además el Papa recordó a su predecesor, entre aplausos, en el día de su onomástico. Y dijo que la vocación de custodiar no sólo nos atañe a nosotros, los cristianos, sino que tiene una dimensión que antecede y que es simplemente humana, corresponde a todos los hombres, porque es custodiar a toda la creación, es tener respeto por todas las criaturas de Dios y por el entorno en el que vivimos. Es custodiar cada uno, con amor, especialmente a los niños, a los ancianos, a quienes son más frágiles y que a menudo se quedan en la periferia de nuestro corazón. El Papa pidió a quienes tienen puestos de responsabilidad en el ámbito económico, político o social que sean custodios de los dones de Dios, porque cuando falta esta responsabilidad “entonces gana terreno la destrucción y el corazón se queda árido”.

Custodiar quiere decir entonces vigilar sobre nuestros sentimientos, nuestro corazón, porque ahí es de donde salen las intenciones buenas y malas: las que construyen y las que destruyen. No debemos tener miedo de la bondad, más aún, ni siquiera de la ternura que no es la virtud de los débiles, sino más bien todo lo contrario: denota fortaleza de ánimo y capacidad de atención, de compasión, de verdadera apertura al otro, de amor. Cristo ha dado un poder a Pedro, concluyó el Papa, pero el verdadero poder es el servicio, y el Papa, para ejercer el poder, debe entrar cada vez más en ese servicio que tiene su culmen luminoso en la cruz. Sólo quien sirve con amor sabe custodiar.

Antes de la misa, Francisco recorrió todos los sectores de la Plaza para bendecir y saludar a los fieles. Luego descendió con los patriarcas de las Iglesias Orientales católicas al Sepulcro de Pedro y se recogió en oración. Tras la procesión, antes de que iniciara la misa, el cardenal protodiácono Tauran le impuso el Palio pastoral y el cardenal decano Sodano le entregó el anillo del Pescador. Al final de la celebración el Pontífice recibió –en la Basílica- a los jefes de las delegaciones de 132 países y organizaciones internacionales que participaron en la misa para el inicio de su ministerio petrino.

El miércoles 20 de marzo, al encontrarse con los representantes de las Iglesias y comunidades cristianas el Papa Francisco reafirmó la firme voluntad de proseguir en el camino del diálogo ecuménico a través del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos. A los representantes del pueblo judío les deseó la prosecución del diálogo que pedía el Concilio y que se ha realizado efectivamente. Después dirigió palabras de aprecio a los representantes de las demás religiones y a los musulmanes. La Iglesia católica – añadió – es conciente de la importancia que tiene la promoción de la amistad y del respeto entre hombres y mujeres de diversas tradiciones religiosas. Las religiones pueden trabajar por la paz y por el bien de la humanidad y, sobre todo, para tener viva en el mundo la sed de absoluto, no permitiendo que prevalezca una visión según la cual el hombre se reduce a lo que produce y consume.

Ese mismo día el Papa también recibió a Bartolomé I, Patriarca ecuménico de Constantinopla e inmediatamente después al Metropolita Hilarión del Patriarcado de Moscú. Anteriormente, Francisco había recibido a la presidenta de Brasil, Dilma Roussef, con quien conversó más de media hora.

Producción de María Fernanda Bernasconi. (hispano@vatiradio.va)

El espacio “El Papa en la semana”, se transmite los sábados en las emisiones informativas de las 17,30; 01,45 y 03,20 UTC.








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