(RV).-La tarde del viernes el Papa Francisco salió del Vaticano y se dirigió a la
clínica Pio XI, en Roma, para visitar al cardenal argentino Jorge Mejía, archivero
y bibliotecario emérito de Santa Romana Iglesia. Gran sorpresa del personal de la
clínica, de pacientes y visitantes al ver aparecer al nuevo Pontífice. A su llegada
Francisco fue calurosamente recibido por los atónitos presentes. El viernes por la
mañana, al encontrar a los cardenales en la Sala Clementina, el Papa había contado
que hace unos días el cardenal Mejía – de 90 años – había sufrido un infarto y que
se encontraba hospitalizado en la clínica que se encuentra en la vía Aurelia. Y había
agregado: “pero se cree que su salud sea estable, y nos ha mandado sus saludos”.
El
cardenal Jorge María Mejía nació en Buenos Aires el 31 de enero de 1923, segundo de
cinco hijos. Ordenado sacerdote a los 22 años, en 1955, en plena persecución contra
la Iglesia durante el primer gobierno peronista, asumió en colaboración con mons.
Gustavo J. Franceschi, la dirección de la revista católica «Criterio». Experto en
el Concilio, fue luego secretario general del Celam. En marzo de 1977 fue llamado
a Roma para convertirse en secretario de la Comisión de la Santa Sede para las relaciones
religiosas con el Judaísmo, relacionada -pero diferente- con el Pontificio Consejo
para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, encargo que asumió en octubre del
mismo año. Además, en el mismo Dicasterio le fue confiado el cuidado de las relaciones
con la Alianza Bíblica Universal y en general todo lo relacionado a las actividades
ecuménicas en América Latina. Uno de los puntos sobresalientes de su trabajo en dicha
Comisión es la preparación de la histórica visita de Juan Pablo II a la Sinagoga de
Roma, el 13 de abril de 1986. Algunas semanas antes – el 8 de marzo - fue nombrado
por el Papa vice presidente de la Pontificia Comisión «Justicia y Paz» ( ahora Pontificio
Consejo Justicia y Paz), elevado a la dignidad episcopal con el título de Apollonia
y ordenado obispo el 12 de abril de 1986. En su nuevo encargo se ocupó de preparar,
junto al presidente de esa Comisión, el Cardenal Roger Etchegaray, la Jornada de Oración
por la Paz con las otras Iglesias, Comunidades Eclesiales y varias Religiones mundiales,
en Asís, el 27 de octubre de 1986. En 1994 el Santo Padre lo nombró secretario de
la Congregación para los Obispos y en 1998 archivero y bibliotecario de Santa Romana
Iglesia, manteniendo el encargo hasta noviembre de 2003. Juan Pablo II lo creó cardenal
en 2001.