(RV).- El Obispo de Roma
explicó que eligió el nombre Francisco, inspirado en el santo de Asís: pensando en
los pobres, en la paz y en la Creación y porque querría “una Iglesia pobre y para
los pobres”. El Santo Padre agradeció a la prensa el “servicio cualificado” que ha
realizado estos días tras la renuncia de Benedicto XVI el 11 de febrero… “han trabajado,
¿eh?", dijo también sonriendo...
Este sábado por la mañana el Papa Francisco
encontró a miles de representantes de los medios de comunicación social en el Aula
Pablo VI del Vaticano - más de seis mil - de prensa radio y televisión que en estas
semanas han llegado a Roma para cubrir el Cónclave y la elección del Pontífice. Sus
palabras fueron recibidas con grandes aplausos.
Papa Francisco dijo que
los ojos del mundo se han centrado estos días en la Ciudad eterna y de manera particular
en este territorio, cuyo baricentro es la tumba de Pedro… Y ha dado las gracias de
manera particular a los periodistas que han sabido observar y presentar los eventos
de la historia de la Iglesia de estos días en el Vaticano teniendo en cuenta la perspectiva
con la que se deben leer: la perspectiva de la fe…
“Los eventos eclesiales
no son más complicados que los políticos o los económicos, pero tampoco responden
a una lógica de aspectos mundanos... Quizá por ello no es fácil comunicarlos”, ha
explicado el Papa. “La Iglesia aún siendo una institución humana, no tiene una naturaleza
política sino esencialmente espiritual: es el pueblo de Dios. El Santo Pueblo de Dios
que camina hacia el encuentro con Cristo”.
Luego, de forma espontánea, el Obispo
de Roma explicó cómo eligió el nombre de Francisco:
Algunos no sabían por qué
el Obispo de Roma ha querido llamarse Francisco. Algunos pensaban en Francisco Javier,
en Francisco de Sales, y también en Francisco de Asís. Yo les cuento la historia:
en la elección, tenía a mi lado al Arzobispo emérito de San Pablo, y también Prefecto
emérito para el Clero, el Cardenal Claudio Hummes: un gran amigo, ¡un gran amigo!
Cuando la cosa se volvía un poco peligrosa, el me consolaba, ¿no? Y cuando los votos
subieron a los dos tercios, llega el acostumbrado aplauso, porque el Papa ha sido
elegido. Y él me abrazó, y me dijo: “¡No te olvides de los pobres!”. Y esa palabra
entró aquí: los pobres, los pobres. Inmediatamente después, con relación a los pobres,
pensé en Francisco de Asís. Después pensé en las guerras, mientras el escrutinio proseguía,
hasta alcanzar todos los votos. Y Francisco es el hombre de la paz. Y así, vino el
nombre a mi corazón: Francisco de Asís. El hombre de la pobreza, el hombre de la paz,
el hombre que ama y custodia la Creación. En este momento en que nosotros no tenemos
con la Creación una relación tan buena, ¿no? Es el hombre que nos da este espíritu
de paz, el hombre pobre… ¡Ah, cómo quisiera una Iglesia pobre y para los pobres!
Después,
algunos hicieron algunas bromas, ¿no? “Pero, tu deberías llamarte Adriano. Porque
Adriano VI fue el reformador, es necesario reformar…”. Y otro me dijo: “No, no: tu
nombre debería ser Clemente”. “¿Pero por qué?”. “Clemente XV: ¡así te vengas de Clemente
XIV que había suprimido la Compañía de Jesús!”.
Son bromas… Los quiero mucho,
les agradezco todo lo que han hecho. Y pienso en su trabajo: les deseo que trabajen
con serenidad y con frutos, y que conozcan cada vez más el Evangelio de Jesucristo
y la realidad de la Iglesia. Los encomiendo a la intercesión de la Bienaventurada
Virgen María, Estrella de la evangelización. Y les deseo lo mejor a ustedes y a sus
familias. Y les imparto la bendición a todos de corazón. Gracias.
La Audiencia
terminó con estas palabras en español, deseando a todos la bendición de Dios:
Les dije que
les daba de corazón la bendición. Como muchos de ustedes no pertenecen a la Iglesia
católica, otros no son creyentes, de corazón doy esta bendición, en silencio, a cada
uno de ustedes, respetando la conciencia de cada uno, pero sabiendo que cada uno de
ustedes es hijo de Dios. ¡Que Dios lo bendiga!