Pequeña Charla sobre el Concilio Vaticano II como lo recordó Benedicto XVI
El fuego de Dios dentro (15) (RV).- (Audio) SERIE RADIOFÓNICA El
espacio de hoy es el tercero que dedicamos a la larga reflexión que Benedicto XVI
compartió con el Clero de la Diócesis de Roma en tiempo de Cuaresma bajo el tema:
“Revivamos el Concilio Vaticano II – Recuerdos y esperanzas de un testigo”.
Era
el 14 de febrero y - en esta ocasión y más que nunca- la atmósfera que se respiraba
en el Aula Pablo VI del Vaticano mezclaba sentimientos de estupor, desolación; dolorosa
comprensión y tanto amor hacia el anciano Sucesor de Pedro que pocos días antes, el
11 de febrero en el Año de la fe, pasmó al mundo anunciado su dimisión a la Sede Petrina.
Radio Vaticano está ofreciendo episodios del último discurso que el Romano
Pontífice emérito compartió como padre con su Diócesis.
Con la voz animada
por el recuerdo y con palabras que desencadenaron largos aplausos, simpatía, pero
también llanto; los recuerdos de Benedicto XVI sobre su participación en la apertura
del gran evento que marcó la historia de la Iglesia hace 50 años, y que fluyeron de
modo natural, hoy pasan a formar parte viva del archivo sonoro de la Radio del Papa.
Ya en nuestro encuentro radiofónico anterior el mismo Pontífice narraba citando
las palabras del cardenal Frings que la aspiración de los participantes, al inicio
del Concilio Vaticano II, el 11 de octubre de 1962 era la de «ser Concilio ecuménico,
sujeto que renueve la Iglesia. Así queremos asumir este encargo nuestro», en esta
línea discursiva, hoy, dando prosecución escucharemos a Benedicto XVI narrar el modo
en que esta actitud de “Concilio ecuménico” se manifestó en el primer día.
Lea
el texto del audio con la voz del Papa que hoy les proponemos: «En este
primer día estaba prevista la elección de las Comisiones, y se habían preparado las
listas y los nombres, de manera —se intentaba— imparcial; y se debían votar estas
listas. Pero los Padres dijeron inmediatamente: «No, no queremos simplemente votar
listas ya preparadas. Nosotros somos el sujeto». Entonces se tuvieron que aplazar
las elecciones, porque los Padres mismos querían conocerse un poco, querían preparar
ellos mismos las listas. Y así se hizo. El cardenal Lienart de Lille, el cardenal
Frings de Colonia, habían dicho públicamente: «Así no. Queremos hacer nuestras listas
y elegir a nuestros candidatos». No era un acto revolucionario, sino un acto de conciencia,
de responsabilidad por parte de los Padres Conciliares.
Comenzó así
una intensa actividad para conocerse unos a otros, horizontalmente, algo que no se
dejó al azar. En el «Collegio dell’Anima», donde me alojaba, tuvimos muchas visitas.
El Cardenal era muy conocido, y vimos cardenales de todo el mundo. Me acuerdo bien
de la figura alta y delgada de monseñor Etchegaray, que era Secretario de la Conferencia
Episcopal Francesa, de los encuentros con los cardenales, etc. Después, esto se hizo
típico durante todo el Concilio: pequeños encuentros transversales. Así conocí a grandes
figuras, como el Padre de Lubac, Daniélou, Congar, y otros. Conocimos diversos obispos;
recuerdo particularmente al obispo Elchinger, de Estrasburgo, y así sucesivamente.
Esta fue una experiencia de la universalidad de la Iglesia y de la realidad concreta
de la Iglesia, que no recibe simplemente imperativos desde arriba, sino que crece
y va adelante, naturalmente bajo la dirección del Sucesor de Pedro».
Doblaje
voz del Papa: Eduardo Rubió Producción: Patricia L. Jáuregui Romero / @pjuregui
El
archivo con la serie dedicada al Concilio Vaticano II en la sección “Programas
de Profundización" en el octavo recuadro a la derecha de la pag. web radiovaticana.va Palabras
clave: concilio, fuego, ecuménico, serie radiofónica, Benedicto XVI