Mensaje del Papa al Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola
(RV).- El Santo Padre elogia la metodología seguida por el FIDA, que este año celebra
su 36° aniversario de fundación, "que antepone el desarrollo continuo a la sola asistencia,
aúna la dimensión del grupo a la dimensión individual, hasta prever formas de donaciones
y préstamos sin intereses, eligiendo a menudo como primeros destinatarios a "los más
pobres entre los pobres". Y afirma que esta acción muestra que una lógica inspirada
en el principio de gratuidad y la cultura del don puede "encontrar espacio en la actividad
económica ordinaria", tal como lo ha escrito en su encíclica Caritas in veritate
del año 2009.
"El criterio adoptado por el Fondo, de hecho, une la eliminación
de la pobreza no sólo a la lucha contra el hambre y para garantizar la seguridad alimentaria,
sino también para la creación de oportunidades de trabajo y de estructuras institucionales
y de toma de decisiones”. Porque es bien sabido que cuando estos factores no están
presentes, se restringe la participación de los trabajadores rurales en las decisiones
que les afectan y, en consecuencia, se acentúa en ellos la creencia de que están limitados
en sus capacidades y su dignidad personal."
"En este ámbito se pueden apreciar
dos directrices específicas llevadas a cabo por la Organización. La primera es la
constante atención a África, donde, apoyando proyectos de "crédito rural", el Fondo
tiene como objetivo dotar de recursos financieros exiguos, pero esenciales, a pequeños
agricultores, y hacerles protagonistas de la fase de toma de decisiones y de gestión."
"La
segunda directriz es apoyar a las comunidades indígenas, que ponen una especial atención
en la preservación de la biodiversidad, reconocidas como bienes preciosos que el Creador
pone a disposición de toda la familia humana. La salvaguardia de la identidad de esos
pueblos debe continuar, reconociéndoles el papel insustituible en el conocimiento
de los saberes tradicionales."
"La Iglesia católica en su enseñanza y en sus
obras siempre ha sostenido la centralidad del trabajador de la tierra, llamando a
la acción concreta a través de la acción política y económica que lo afecta. Es una
posición que está en sintonía con lo que está realizando el Fondo para calificar a
los agricultores, como individuos o grupos pequeños, haciéndolos protagonistas del
desarrollo de sus comunidades y países. La atención a la persona, en la dimensión
individual y social, será más eficaz si se lleva a cabo a través de las formas de
asociaciones, cooperativas y pequeñas empresas familiares que sean capaces de producir
unos ingresos suficientes para garantizar un nivel de vida digno."
El Papa
termina refiriéndose al próximo Año Internacional que las Naciones Unidas han decidido
dedicar a la familia rural, a causa de un concepto profundamente arraigado y saludable
del desarrollo agrícola y la lucha contra la pobreza, centrada en esta célula fundamental
de la sociedad. "El FIDA, por experiencia, sabe que el corazón del orden social es
la familia, cuya vida está regulada, incluso antes de por las leyes de un Estado o
por las normas internacionales, por los principios morales incluidos en el patrimonio
natural de los valores que son inmediatamente reconocibles también en el mundo rural.
Estos principios inspiran la conducta del individuo, la relación entre los cónyuges
y entre las generaciones, el sentido de compartir. Negar o ignorar esta realidad equivale
a socavar los cimientos, no sólo la familia, sino de toda la comunidad rural, con
consecuencias cuya gravedad no es difícil predecir", afirma Benedicto XVI.