Buen Samaritano: «Anda y haz tú lo mismo» : del 7 al 11 de febrero Indulgencia plenaria
y parcial
(RV).- Mediante decreto, la Penitenciaría Apostólica anunció que en este Año de la
fe, Benedicto XVI concede especiales Indulgencias con motivo de la Vigésimo Primera
Jornada Mundial del Enfermo, de los días 7 al 11 de febrero. En el decreto hecho
público el pasado 25 de enero en la Solemnidad de la Conversión de San Pablo y último
día en el octavario de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos se destaca
que la Redención se cumplió mediante la santa Cruz de Cristo, es decir mediante su
pasión. “Todos los sufrimientos humanos, en verdad, pueden participar en el sufrimiento
redentor del Señor, como dice el Apóstol san Pablo “cumplo en mi carne lo que falta
de las aflicciones de Cristo por su cuerpo, que es la iglesia” (1 Col, 24).
También
se pone de relieve que en el corriente Año de la fe, dedicado en particular a la profesión
de la verdadera fe y a su recta interpretación, es bueno recordar la luminosa enseñanza
del Concilio Vaticano II sobre el sentido cristiano del sufrimiento y el modo de compartirlo
entre los hermanos.
El Decreto que lleva las firmas del Penitenciario Mayor
el cardenal Manuel Monteiro de Castro y del Regente Mons. Krzysztof Nykiel destaca
que impulsados por el deseo de que la celebración anual de la Jornada Mundial del
Enfermo, este año particularmente solemne, se revele una siempre más eficaz catequesis
sobre el sentido salvífico del sufrimiento, y para que sensibilice mayormente a todos
los que están comprometidos al servicio de quien sufre en el alma y en el cuerpo;
Benedicto XVI eligió como tema de la XXI Jornada Mundial del Enfermo que se celebrará
del 7 al 11 de febrero, la figura emblemática del Buen Samaritano: «Anda y haz tú
lo mismo» (Lc 10,37), que enseña a hacer el bien a quien sufre y hacer el bien con
el propio sufrimiento.
Por otra parte se recuerda que en la conclusión de
la Jornada, en la memoria litúrgica de la Bienaventurada Virgen de Lourdes, Mons.
Zygmunt Zimowski presidente del Pontificio Consejo para la Pastoral de los Agentes
Sanitarios, Enviado especial de Su Santidad, presidirá en el Santuario Mariano de
Altötting, de la Diócesis de Passau, una solemne Celebración eucarística con la administración
del sacramento de la Unción de los enfermos.
Y del Decreto citamos: Con la
finalidad de que los fieles se preparen espiritualmente para participar en el mejor
modo en esta celebración, Su Santidad Benedicto XVI, en la Audiencia concedida el
18 de enero a los cardenales penitenciarios Mayor y Regente de esta Penitenciaría
Apostólica, ha concedido el don de las Indulgencias a tenor del siguiente dispositivo,
siempre y cuando los fieles, verdaderamente arrepentidos y estimulados por la caridad,
siguiendo el ejemplo del Buen Samaritano, con espíritu de fe y con ánimo misericordioso,
se coloquen al servicio de los hermanos que sufren y, si a su vez son enfermos, lleven
adelante los dolores y las adversidades de la vida, elevando con humilde confianza
el alma a Dios y ofreciendo abierto testimonio de fe mediante el camino del Evangelio
del sufrimiento:
A. La Indulgencia plenaria, que los fieles, con ánimo verdaderamente
arrepentido y contrito, podrán obtener una vez al día con las condiciones de Confesión
sacramental, Comunión eucarística y oración según las intenciones del Santo Padre,
y también aplicar en sufragio a las almas de los fieles difuntos en cualquier ocasión
que, del 7 al 11 de febrero próximo en el Santuario Mariano de Altötting o en cualquier
otro lugar establecido por la Autoridad eclesiástica; participen devotamente en una
ceremonia celebrada para implorar de Dios los propósitos de la Jornada Mundial del
Enfermo y recen el Padre Nuestro, el Credo y una pía invocación a la Bienaventurada
Virgen María.
A los fieles que en los hospitales públicos o en cualquier
casa privada asisten caritativamente, como el Buen Samaritano, los enfermos y, a causa
de su servicio no pueden participar en las celebraciones arriba indicadas, obtendrán
el mismo don de la Indulgencia plenaria, si en esos días prestarán generosamente pro
al menos alguna ora su caritativa asistencia como si lo hicieran al mismo Cristo Señor
(cf. Mt 25, 40) y rezarán el Padre Nuestro, el Credo y una pía invocación a la Bienaventurada
Virgen María, teniendo el ánimo alejado de todo pecado con el propósito de cumplir,
no apenas les sea posible, con las condiciones requeridas para la obtención de la
Indulgencia plenaria.
En fin, los fieles que por enfermedad, por edad avanzada
o por otra parecida razón, están impedidos de tomar parte en la ceremonia arriba indicada,
obtendrán la Indulgencia plenaria, siempre y cuando, manteniendo el ánimo alejado
de cualquier pecado y proponiéndose de cumplir no apenas posible con las condiciones
conocidas, participen espiritualmente en las sagradas celebraciones en los días determinados,
particularmente mientras las Celebraciones litúrgicas y el Mensaje del Sumo Pontífice
sean transmitidos por televisión y por radio, oren devotamente por todos los enfermos
y ofrezcan a Dios, mediante la Virgen María, Salus Infirmorum, sus sufrimientos físicos
y espirituales.
B. La indulgencia parcial es concedida a todos los fieles que
en cualquier ocasión dirijan a Dios misericordioso, con el corazón arrepentido, en
los días arriba indicados, devotas plegarias en auxilio de los enfermos en el espíritu
del corriente Año de la fe.
El presente Decreto tiene vigor para esta ocasión.
No obstante cualquier disposición contraria. Traducción: PLJR - Radio Vaticano
/ @pjuregui