2013-01-24 13:39:31

En el Espíritu de Aparecida


(RV).- (Con Audio) El padre Antonio Grande, de la diócesis de Rafaela (Argentina), rector del Colegio Sacerdotal y de la Iglesia Argentina en Roma, colabora con nuestra emisora. Este miércoles, en el espacio “En el Espíritu de Aparecida” , el p.Grande continúa desarrollando temáticas relacionadas con la nueva Evangelización.
Escuchemos (Audio): RealAudioMP3

Una comprensión dinámica e integradora de la acción evangelizadora.

Pablo VI en su Exhortación apostólica Evangelii nuntiandi, en 1975, presentó una comprensión integradora y dinámica de los componentes esenciales y permanentes de la acción y del proceso evangelizador (EN 17 y 24), y convocó a una nueva etapa evangelizadora (EN 81).

Juan Pablo II actualizó esta comprensión llamando a una nueva evangelización en su ardor, en sus métodos y en su expresión desde 1983/1984 en América Latina, y, luego la fue recreando en el contexto europeo y universal en los años siguientes.

Benedicto XVI creó el Consejo Pontificio para promover la nueva evangelización, en 2010, para pensar la evangelización de los pueblos cristianos que han recibido la fe pero vacilan su adhesión a Jesucristo. Percibo que inició un camino sinodal de reflexión teológico-pastoral que busca profundizar las convicciones de la fe que animan la esperanza y la caridad evangelizadora. El reciente Sínodo sobre la nueva evangelización para la transmisión de la fe, que él presidió, y el Año de la Fe que estamos celebrando, son una expresión destacada y movilizadora de su enseñanza y animación pastorales.

Estoy convencido que es importante presentar una comprensión sistemática de la evangelización y de su proceso histórico que nuestras Iglesias desarrollan en circunstancias situadas a lo largo del tiempo. Es un instrumento que ofrece luz para reflexionar, evaluar y renovar la vida cristiana de de las comunidades diocesanas guiadas por su obispo, como el compromiso de fe de cada bautizado.

Entiendo la nueva evangelización como una acción y un proceso de comunicación que relaciona a los pastores y a los agentes pastorales (es decir, a los bautizados conscientes de su responsabilidad) como sujetos agentes -que necesitan seguir siendo evangelizados- con los miembros del Pueblo de Dios poco participantes, y, con los demás integrantes de la realidad social, como los sujetos destinatarios o interlocutores -llamados a ser evangelizadores-, mediante la comunicación del Evangelio (una Persona, que es una experiencia-un contenido) que incultura el anuncio del kerigma, y promueve la fe que dignifica a los hombres (particularmente a los pobres y excludíos), mediante el testimonio personal y eclesial animado por la Palabra de Dios escuchada y transmitida con la guía del magisterio eclesial, y, que celebra al Señor Resucitado y la fe del Pueblo de Dios en la Eucaristía dominical.

En la escucha de la Palabra y en el encuentro renovado con el Señor Jesús, se dona a los creyentes nuevas perspectivas de sabiduría y de vida guiadas por el Evangelio. Esta experiencia sostiene y capacita el diálogo con las personas, la comprensión de las nuevas preguntas y los desafíos de los hombres de nuestro tiempo y de las formas culturales que generan en nuestros días.

Esta actitud de amor y de diálogo nos anima y mueve a una tarea de nueva evangelización, que continúa la que la Iglesia viene desplegando durante siglos, ahora, buscando aportar a los dinamismos que suscitan las personas en los nuevos ambientes y realidades humanos.

Este camino renovado de evangelización animado por el Espíritu Santo guiará a la Iglesia en su fidelidad creativa al Evangelio y en su tarea de seguir aportando vida a los hombres y a los pueblos de hoy en su camino de búsqueda de la verdad, de la libertad, de la justicia y la solidaridad que dignifican su vida.


(jGO/RC- Radio Vaticano)








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