(RV).- El Cardenal Leonardo Sandri, entre las diversas iniciativas por el Año de la
fe, está realizando una visita a Egipto que comenzó el pasado día 6 y concluirá mañana
11 de enero.
“Ustedes son quienes han ofrecido su disponibilidad personal
para servir a la Iglesia y han recibido la tarea eclesial de comprometerse, en fiel
y constructiva cooperación con los Pastores, para que la vida de la comunidad católica
en Egipto sepa anunciar con eficacia al Hijo de Dios a través de la vida sacramental,
la catequesis, y la caridad, especialmente en la asistencia y en la educación, así
como en el servicio concreto y cotidiano”. Lo afirmó ayer por tarde el purpurado argentino,
Prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales, al encontrarse en el Cairo
con los responsables de las actividades apostólicas en Egipto.
El Cardenal
Sandri también afirmó que “sin lugar a dudas, están experimentando el desierto de
la presente situación tan difícil”, a la vez que subrayó la necesidad de “no olvidar
la tradición secular de Egipto, y las cumbres de su religiosidad y cultura que ha
conocido y que debe confirmar en el presente y en el futuro: una cultura siempre abierta
a la Revelación de Dios”.
En medio de semejante desierto, añadió, los cristianos
deben ser “oasis para quien se encuentra cotidianamente”, siendo siempre “presencia
eficaz que se reconoce en el Evangelio de Cristo”. Y recordó a los Beatos Teresa de
Calcuta y Charles de Foucault como ejemplos a seguir, definiéndolos “dos ardientes
testigos enraizados y fundados en Cristo, firmes en la fe”.
En la conclusión
de su intervención, el Cardenal Leonardo Sandri encomendó a los presentes las finalidades
del Año de la fe, que son particularmente importantes – dijo – en el contexto religioso
en el que se encuentra actualmente Egipto, y recordó un pasaje de la Exhortación Apostólica
Post-sinodal “Ecclesia in Medio Oriente” sobre los institutos de educación católica
en el país que, en su calidad de inestimables instrumentos de cultura para la formación
de los jóvenes, demuestran de modo evidente el hecho de que existe, en Oriente Medio,
la posibilidad de vivir en el respeto y en la colaboración, a través de una educación
a la tolerancia y una búsqueda continua de la “calidad humana”.