(RV).- (Con audio) El Pesebre expuesto
en la Plaza de San Pedro, como don del Papa a los fieles y peregrinos de todo el mundo,
este año luce de un modo diverso al de los años anteriores.
En efecto, para
esta Navidad el Pesebre que ha sido ambientado a los pies del obelisco vaticano en
el espléndido marco de la Columnata de Bernini, ha sido donado por la Región italiana
de Basilicata.
Interpretando el sentimiento de los municipios lucanos arraigados
a la Iglesia Universal y a su Pastor, esta región ha querido homenajear a Su Santidad
Benedicto XVI regalando un pesebre monumental que ha sido realizado por el Maestro
Francesco Artese, considerado uno de los más importantes representantes de la escuela
meridional de este tipo de representación.
La tradición del pesebre, renovada
en clave artística por la obra de Artese, quien desee hace año expone en sedes prestigiosas
el Misterio de la Sagrada Familia con sus valores de sencillez y de fe, se siente
de modo particular en tierra lucana come documentan los diversos pesebres permanentes
presentes en la región.
La característica de este maestro está, precisamente,
en proponer el paisaje de las Piedras de Matera entre las escenas de la vida cotidiana
de la civilización campesina. En efecto, en esta ocasión el Maestro Artese remite
a ese paisaje cultural, cuya morfología del territorio recuerda tanto los lugares
de Tierra Santa.
Un paisaje que ha sido enriquecido por la obra de religiosos
que eligiendo vivir en ese contexto transformaron aquellos lugares en una morada humana
llena de carácter sagrado, edificando 154 iglesias rupestres, monasterios y santuarios
que desde el Alto Medioevo hasta el siglo XIX delinean la identidad de una vasta área
considerada hoy “Patrimonio Mundial de la humanidad” (UNESCO).
Toda la escenografía
del Pesebre que ya puede admirarse en la Plaza de San Pedro, si bien se inspira en
un género iconográfico tradicional, está definida por elementos que reproducen la
arquitectura y los lugares típicos del paisaje lucano. De hecho se reconocen la Iglesia
rupestre Convicinio de San Antonio y la de San Nicolás de los Griegos. Entre los tejados
de las casas se destaca el campanario de San Pedro Barisano, mientras el ambiente
humano es el de la antigua civilización lucana, la de las manos, basada en los antiguos
oficios que se enseñaban de padre a hijo y que muestra la dimensión laboriosa e frugal.
Las estatuillas, más de 100, han sido realizadas en terracota, y revestidas
a mano con vestimentas típicas de los campesinos de aquella época. Ligeramente descentrada
hacia la derecha del espectador, aparece la escena de la Natividad elegida por el
artista, en que la Sagrada Familia aparece vestida con trajes de la tradición clásica.
El Pesebre, realizado como es tradición por los Servicios Técnicos del Gobernatorato
del Estado de la ciudad del Vaticano, tiene una dimensión de casi 150 metros cuadrados.
El complejo arquitectónico de la obra, realizado enteramente en poliestireno
recubierto con malta de cemento se apoya sobre una estructura de elementos de metal
y madera de la dimensión de una planta de 11 por 13 metros.
De este modo,
toda la estructura resulta elevada por casi un metro con niveles que van de los 6
a los ocho metros. La iluminación técnica ha sido realizada por el escenográfo Mario
Carlo Garrambone, con el objetivo de valorizar a través de la luz la obra de Artese,
mediante la utilización de sistemas tecnológicos, típicos del ámbito cinematográfico.