(RV).- (Con audio) El Santo Padre Benedicto XVI aprobó el milagro obtenido por intercesión
de José Gabriel del Rosario Brochero que así sube a los altares como beato. Monseñor
Santiago Olivera, Obispo de Cruz del Eje, Córdoba, Argentina, habló ante los
micrófonos de Radio Vaticana sobre el Cura Brochero:
Dios
nunca se olvidó de sus pobres REFLEXIONES EN FRONTERA jesuita Guillermo
Ortiz -RV
(RV).- (Audio con música) (Audio sin música)
No es que Roma se
acuerda recién hoy de Córdoba, en Argentina. En realidad es que Dios nunca se olvidó
de sus pobres de Traslasierra. ¡Si! No es que Roma se acuerda recién hoy de esta
parte de la familia católica, reconociendo que el Cura Brochero intercede ante Dios,
con verdaderos milagros, y que por lo tanto se lo puede venerar públicamente, como
ejemplo de discípulo misionero. La realidad es que Dios, el Señor, nunca se olvidó
de sus pobres y está con nosotros desde siempre, obrando maravillas con los que abren
el corazón a la fe en Jesús, Hijo de Dios.
Con el milagro que Dios hizo con
un niño accidentado y desahuciado, con la intercesión del Cura Brochero, el mismo
Dios vuelve a tocarnos hoy en nuestra bella y sufrida Traslasierra, a través de este
sacerdote cercano.
Hace ya más de 100 años, pero tanto ayer como hoy, el Cura
Brochero es un sacerdote cercano a su gente. Si en aquel tiempo nadie quedó sin la
visita de este párroco, cómo será de generoso hoy con su intercesión y ejemplo de
discípulo misionero, con sus devotos. Porque Brochero fue a todos y se ocupó especialmente
de los pobres, los enfermos, los necesitados. Pero buscaba a cada uno para compartir
la mayor riqueza y el mejor remedio que él tenía: Jesús.
El Cura Brochero quería
que cada feligrés suyo viviera el Encuentro con Jesús en la oración profunda y larga
de los Ejercicios Espirituales de san Ignacio. Así formó una gran familia de amigos
en la fe comprometidos con el bien de todos.
Que la beatificación sea una verdadera
fiesta del corazón de sus devotos, precisamente por el Encuentro con Jesús que el
Cura Brochero quiso y quiere hoy para nosotros.
Hagamos lugar
(RV).-
(Audio con música) (Sin música) ¡Sí, hagamos lugar!
Afuera hay un hombre que golpea puertas y nadie lo recibe. Es extranjero y su mujer
está de parto.
¿Por qué no le hacemos tú y yo lugar?
¡Sí! Podemos vaciarnos
del resentimiento, del rencor, del miedo, del enojo y de tanto egoísmo, que ya no
nos queda dentro lugar para nadie. Por eso estamos enojados, tristes, descontentos.
Sí, ¡hagamos lugar! Volverá la paz, la alegría, la ternura, el cariño si hacemos lugar.
Abramos de par en par la puerta para que entren ellos y allí nacerá el niño del Amor
que transforma el mundo. Pero tenemos que vaciarnos completamente para hacer espacio.
El niño jamás viene solo. Viene con José y María y tantos hermanos. Pero es mejor
ser muchos para poder cuidarlo, para darle calor. No tenemos hoy nada más importante.
Todo lo demás, es de lo que hay que vaciarse, para recibirlo a él con su familia grande.