Elocuente ejemplo de dos mujeres, el Papa en el ángelus
(RV).- (Con Audio) La entrega completa de la propia vida al Señor y al prójimo, fue
el centro de la reflexión que el Sucesor de Pedro compartió en el saludo en lengua
española, después del rezo de la oración dominical del Ángelus con los peregrinos
reunidos en la plaza del santuario de San Pedro.
“Estas dos mujeres lo dan
todo, se dan a sí mismas, y se ponen en las manos de Dios por el bien de los demás”
explicó el Papa siguiendo las lecturas de la liturgia del domingo. “El gesto de dos
viudas-dijo-, la del Evangelio, al igual que la del Antiguo Testamento, nos lleva
a reconocer el valor fundamental que tiene la entrega completa de la propia vida al
Señor y al prójimo”.
Benedicto XVI saludó en particular a los peregrinos de
la Parroquia San José Obrero, de San Boi de Llobregat, y de la Asociación de Padres
del Colegio El Prado, de Madrid, rogando para todos: “Que estos elocuentes ejemplos
de desprendimiento y confianza sin límites en la Providencia divina iluminen cada
día nuestro seguimiento de Cristo. Muchas gracias”.
Texto y audio completo
de los saludos en Español (AUDIO)
Saludo
con afecto a los fieles de lengua española, en particular a los peregrinos de la Parroquia
San José Obrero, de San Boi de Llobregat, y de la Asociación
de Padres del Colegio El Prado, de Madrid. En la liturgia de este domingo, el gesto
de dos viudas, la del Evangelio, al igual que la del Antiguo Testamento, nos lleva
a reconocer el valor fundamental que tiene la entrega completa de la propia vida al
Señor y al prójimo. Estas dos mujeres lo dan todo, se dan a sí mismas, y se ponen
en las manos de Dios por el bien de los demás. Que estos elocuentes ejemplos de desprendimiento
y confianza sin límites en la Providencia divina iluminen cada día nuestro seguimiento
de Cristo. Muchas gracias.
Son muy pobres y sin embargo demuestran
mucha fe
En su reflexión previa a la oración del ángelus, Benedicto
XVI, refiriéndose a las dos mujeres mencionadas por la liturgia del domingo, expresó
que se trata de una “preciosa enseñanza sobre la fe”. En el caso de estas dos mujeres,
dijo: “La fe aparece como la actitud interior de quien funda la propia vida en Dios,
sobre su Palabra y confía totalmente en él”. El Papa afirmó que “Dios pide siempre
nuestra libre adhesión de fe, que se expresa en el amor por Él y por el prójimo. Ninguno
es tan pobre que no pueda donar alguna cosa. En efecto, ambas viudas demuestran su
fe realizando un gesto de caridad: una hacia el profeta y la otra ofreciendo limosna.
Así testimonian la unidad inseparable entre fe y caridad, como también entre el amor
a Dios y al prójimo”.
Finalmente el Obispo de Roma manifestó que “la Virgen
María es ejemplo perfecto de quien se ofrece todo entero confiando en Dios; con esta
fe ella dijo al ángel “Aquí estoy” y acogió la voluntad de Dios” (jesuita Guillermo
Ortiz- RV)
Texto completo del Ángelus en Español (Audio)
La
Liturgia de la Palabra de este domingo nos presenta como modelos de fe las figuras
de dos viudas. Nos las presenta paralelamente: una en el Primer libro de los Reyes
(17,10-16), la otra en el Evangelio de Marcos (12,41-44). Ambas mujeres son muy pobres,
y justo en esta condición demuestran una gran fe en Dios. La primera aparece en el
ciclo de las narraciones sobre el profeta Elías. Él durante un tiempo de carestía,
recibe del Señor la orden de acudir a las proximidades de Sidón, fuera de Israel,
en territorio pagano. Ahí encuentra a esta viuda y le pide agua de beber y un poco
de pan. La mujer le responde que solamente le queda solo un puñado de harina y un
poco de aceite, pero, porque el profeta insiste y le promete, que, si lo escuchará,
harina y aceite no faltarán, satisface su petición y es recompensada. La segunda viuda,
aquella del Evangelio, es notada por Jesús en el templo de Jerusalén, precisamente
ante el arca, donde la gente colocaba sus ofrendas. Jesús vio que esta mujer colocaba
en el arca dos moneditas; entonces llamó a sus discípulos y explicó que su óbolo es
mayor del de los ricos, porque, mientras ellos dan lo que les sobra, la viuda ofreció
“todo cuanto tenia para vivir” (Mc 12,44).
De estos dos episodios
bíblicos, sabiamente presentados, se puede recabar una preciosa enseñanza sobre la
fe. Ésta aparece como la actitud interior de quien funda la propia vida sobre Dios,
sobre su Palabra, y confía totalmente en Él. Aquella de la viuda, en la antigüedad,
constituía de por sí una condición de grave necesidad. Por esto, en la Biblia, las
viudas y los huérfanos son personas de las cuales Dios cuida en modo especial: han
perdido el apoyo terreno, pero Dios permanece su Esposo. Su Padre. Pero la Escritura
dice que la condición objetiva de necesidad, en este caso el hecho de ser viuda,
no es suficiente: Dios pide siempre nuestra libre adhesión de fe, que se expresa en
el amor por Él y por el prójimo. Ninguno es tan pobre que no pueda donar alguna cosa.
En efecto ambas viudas demuestran su fe realizando un gesto de caridad: una hacia
el profeta y la otra ofreciendo limosna. Así testimonian la unidad inseparable entre
fe y caridad, como también entre el amor a Dios y al amor prójimo –como nos recordaba
el Evangelio del domingo pasado. El Papa San León Magno, del quien ayer celebramos
la memoria, afirma: «En la balanza de la justicia divina no se pesa la cantidad de
los dones, sino el peso de los corazones. La viuda del Evangelio depositó en el tesoro
del templo dos monedas y superó los dones de todos los ricos. Ningún gesto de bondad
carece de sentido ante Dios, ninguna misericordia permanece sin fruto»
La
Virgen María es ejemplo perfecto de quien se ofrece todo entero confiando en Dios;
con esta fe ella dijo al Ángel «Aquí estoy» y acogió la voluntad del Señor. Que María
ayude también a cada uno de nosotros, en este Año de la fe, para reforzar la confianza
en Dios y en su Palabra (Traducción del Italiano Patricia Jáuregui - RV)
Luego
del Ángelus, Benedicto XVI recordó que ayer en Spoleto (Italia), fue proclamada Beata
María Luisa Prosperi, de la primera mitad del siglo XIX (diecinueve) monja y abadesa
del monasterio benedictino de Trevi. Junto con toda la Familia benedictina y la Comunidad
diocesaza de Spoleto-Norcia -dijo el Papa- alabamos al Señor por su hija que quiso
asimilarse particularmente a la Pasión de Cristo.
Asimismo, el Pontífice recordó
que hoy en Italia se celebra la “Jornada de Agradecimiento”. En el contexto del Año
de la Fe, el tema de esta jornada -«Confía en el Señor y haz el bien; habita en la
tierra y vive tranquilo» (Sal 37,3) – vuelve a llamar a la necesidad de un estilo
de vida radicado en la fe, para reconocer con ánimo agradecido la mano creadora y
providencial de Dios que alimenta a sus hijos. En este contexto, el Papa saludó particularmente
a los agricultores.
A los peregrinos francófonos, Benedicto XVI los invitó
a tener -como el Señor- una mirada buena y justa sobre las personas y los eventos.
A menudo –dijo- nos dejamos impresionar y condicionar por las apariencias y los slogans
que desnaturalizan las cosas. Busquemos ver – más allá de lo que aparece, la chispa
de bondad que se deposita y que podrá esclarecer nuestro juicio. De este modo -agregó
el Pontífice- nuestra relación con Dios y con los otros será más verdadera y nuestras
elecciones serán más libres. La humildad nos enseña que nosotros valemos solamente
lo que somos ante Dios! Que en este camino -deseó- la Virgen María sea nuestro modelo.
Feliz domingo para todos.
A los peregrinos de habla inglés el Papa les recordó
que en el Evangelio de hoy, la viuda pobre da todo lo que posee para el Templo. Que
su oferta incondicional nos ayude a confiarnos sólo del Señor y atribuir a cada cosa
el lugar y el valor apropiado. Luego el Papa invocó para los presentes y sus familias
abundantes bendiciones de Dios.
Benedicto XVI saludó también a los peregrinos
polacos y particularmente a aquellos provenientes de Bulgaria. La Fiesta de la Independencia
que hoy se celebra en Polonia -dijo- recuerda la fe de vuestros Padres, la historia
y la fuerza del espíritu de las recientes generaciones. Sobre este fundamento ediquen
la prosperidad de vuestra Patria. Hoy además sostengo –agregó- vuestras oraciones
que ofrecen para los cristianos en Egipto, por iniciativa de la Asociación “Ayuda
a la Iglesia que sufre”, con ocasión de la “Jornada de la Solidaridad con la Iglesia
perseguida. Los bendigo a todos de corazón.
Y luego de saludar a los participantes
en el Congreso sobre el Padre Teilhard de Chardin, que tuvo lugar en estos días en
la Universidad Gregoriana, el Papa se dirigió a los peregrinos italianos, particularmente
a los grupos parroquiales de Alice Bel Colle e Ricaldone (de la Diócesis de Acqui
Terme), de Palermo, Caccamo y Randazzo, y de San Luca Evangelista en Roma. A todos
les deseó un feliz domingo.