Mensaje de la Santa Sede por la fiesta hindú de Deepavali: educar a los jóvenes en
la paz
(RV).- Como todos los años por estas fechas, se hizo público el mensaje, firmado por
el Cardenal Jean-Louis Tauran y por el P. Miguel Ángel Ayuso Guixot, respectivamente
presidente y secretario del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso, en
el que presentan las cordiales felicitaciones de este dicasterio con motivo de las
celebraciones de Deepavali, y expresan a los “queridos amigos hindúes” que “la amistad
y la fraternidad iluminen cada vez más a sus familias y comunidades.
Este
momento de la historia humana, en que varias fuerzas negativas amenazan en muchas
regiones del mundo las legítimas aspiraciones a una pacífica coexistencia, los firmantes
de este mensaje manifiestan su deseo de aprovechar esta preciosa tradición para compartir
con ellos su reflexión sobre la responsabilidad de hindúes, cristianos y demás creyentes
a fin de hacer todo lo posible para formar a las personas, especialmente a las jóvenes
generaciones, para que sean agentes de paz.
En el mensaje se recuerda asimismo
–haciendo alusión a la Exhortación Apostólica Ecclesia in Medio Oriente de
Benedicto XVI que la paz no es la simple ausencia de la guerra, ni un pacto o un
tratado que asegure una vida tranquila; sino más bien la recuperación de la armonía
y un fruto de la caridad. Por esta razón se afirma que tanto padres, como maestros
y ancianos, junto a los jefes políticos y religiosos, sin olvidar los agentes de paz
y todas las personas empeñadas en el mundo de las comunicaciones y que se interesan
por la causa de la paz “están llamados a educar a las jóvenes generaciones”, haciendo
crecer esta integridad.
También se afirma que formar a los jóvenes para que
sean agentes y constructores de paz es un llamamiento urgente y un empeño colectivo
de una acción común. Porque la paz, para que sea auténtica y duradera, debe fundarse
en los pilares de la verdad, la justicia, el amor y la libertad, tal como ha escrito
el Papa Juan XXIII, en su encíclica Pacem in Terris. De ahí la necesidad de
que se enseñe a cada joven a obrar sincera y rectamente en el amor y en la libertad.
Mientras se pone de manifiesto que en toda educación a la paz las diferencias culturales
se deberían considerar sólo como una riqueza y no como una amenaza o un peligro.
Por
su parte, en este mensaje se añade que los Estados y los líderes del ámbito social,
político y cultural tienen el importante papel de seguir inspirando a las jóvenes
generaciones a caminar por el sendero de la paz para llegar a ser mensajeros de paz.
Y teniendo en cuenta que los diversos medios de comunicación influencian considerablemente
el modo de pensar, sentir y actuar de la gente, se sugiere que quienes están empeñados
en estos campos contribuyan a promover pensamientos, palabras y obras de paz.