“Pulchritudinis Fidei” y arte y fe son hermanas: card. Ravasi
(RV).- En una entrevista concedida al Osservatore Romano, el cardenal Gianfranco
Ravasi, presidente del Pontificio Consejo de la Cultura, se refirió al motuproprio
“Pulchritudinis Fidei” que entrará en vigor el próximo 3 de noviembre para
unir la Pontificia Comisión para los Bienes culturales de la Iglesia con el Pontificio
Consejo de la Cultura. En esta amplia entrevista el purpurado puso especial énfasis
en que arte y la fe son hermanas.
“Arte y fe deben recordarse de nuevo de ser
hermanas y la Iglesia no debe olvidar la importancia del elemento simbólico en el
anuncio de la fe, en el presente, continuando con la labor que siempre ha realizado
en el pasado”. El Cardenal Gianfranco Ravasi cita como ejemplo a las iglesias romanas
con su explosión de belleza, desde las más famosas hasta las más olvidadas. En este
sentido –las más olvidadas- presenta el binomio “fruición y tutela”, que permanece
estrechamente ligado porque, a su parecer, “solo se protege aquello que se ama”, y
por lo tanto, “hacer conocer y apreciar es un modo mejor para tutelar los bienes
culturales”.
Sobre la relación entre el arte y la fe destaca que las dos terceras
partes de una pinacoteca pueden ser leídas si se conoce la Biblia. Y más aún, recuerda
que en un antiguo estatuto emanado en Siena, los artistas hablan de sí mismos como
de “predicadores mediante imágenes” cuya tarea es la de mostrar los grandes misterios
de la salvación a quien no los podría conocer de otra manera. Por lo tanto para el
Presidente del Pontificio Conejo de la Cultura, la Biblia es sin lugar a dudas una
minera inagotable de narraciones sugestivas de “versículos que valen más que una obra
de Shakespeare”, añadió citando a George Steiner hablando de la noche de Saúl y la
pitonisa de Endor (1 Samuel, 28). Sobre el inminente encuentro en la Bienal de Venecia
aseguró que se proseguirá con lo que la Iglesia siempre ha hecho, es decir dialogar
con los artistas, proponiéndoles en este caso de que se dejen inspirar por la potente
narración del Génesis.
Sobre la fusión de la Pontificia Comisión para los Bienes
culturales de la Iglesia con el Pontificio Consejo de la Cultura, mediante el motuproprio
“Pulchritudinis Fidei”, aprobado el pasado 30 de julio por el Santo Padre Benedicto
XVI. Al ser interrogado sobre el por qué y cuales las consecuencias, el purpurado
puso de relieve algunas notas historicas relacionadas con la exigencia de una coordinación
única y madurada en los años. Pío XI -en 1924- creó la Pontificia Comisión Central
para el Arte Sacro en Italia, dedicada al cuidado del patrimonio histórico - artístico
de la Iglesia, pero con exclusiva competencia para el territorio italiano. Por otra
parte, Juan Pablo II con la constitución apostólica Pastor bonus, del 28 de junio
de 1988 transformaba esta Comisión en la Pontificia Comisión para la Conservación
del Patrimonio Artístico e Histórico de la Iglesia, relacionándola con la Congregación
para el Clero. Y sin embargo, después, el mismo Pontífice será quien la transformará
en la Pontificia Comisión para los Bienes Culturales de la Iglesia con el motuproprio
Inde a Pontificatus (1993).
El Cardenal Gianfranco Ravasi, recuerda por otra
parte que el Beato Juan Pablo II, uniendo el Pontificio Consejo de la Cultura y el
Pontificio Consejo para el Diálogo con los No Creyentes, subrayaba contextualmente
la exigencia de una relación estrecha entre el trabajo de y las actividades del Pontificio
Consejo y de la Pontificia Comisión. Desde entonces denominada Pontificia Comisión
para los Bienes Culturales de la Iglesia, no siendo más establecida en la Congregación
para el Clero sin otorgándole autonomía, con un propio Presidente que a su vez formará
parte de los miembros del Pontificio Consejo de la Cultura.
La unificación
de los dos organismos “sella”, dijo, un recorrido de convergencia también actuado
en los ordenamientos de muchas Naciones hacia un uso difundido y hacia una visión
cultural amplia y articulada en su organicidad y unidad que comprende el extraordinario
patrimonio histórico-artístico de la Iglesia, producido a lo largo de los siglos,
con sus exigencias de tutela, conservación y valorización, recibiendo de este modo
un lugar más digno en el ámbito de las actividades culturales promovidas por la Santa
Sede.
El purpurado presidente del Pontificio Consejo de la Cultura, al ser
interrogado sobre si la comisión pasará a ser un departamento, al interno del Pontificio
Consejo dedicado a la Cultura, ha respondido afirmativamente añadiendo que será al
igual que “Fe y arte, el Atrio de los Gentiles o el que se acaba de constituir dedicado
al Deporte”. También recuerda que hasta el Fondo de las Naciones Unidas para la Ciencia,
la Educación y la Cultura (UNESCO), protege la “cultura inmaterial”; en efecto en
la base del nuevo concepto de “cultura” ya no subsiste la antigua idea de una aristocracia
intelectual, sino un concepto antropológico, la elaboración consciente de cada obra
producto de la creatividad humana. Asimismo, el Cardenal Ravasi, enfatiza que el
arco de las actividades debe ser concebido en conjunto y por lo tanto, entre las áreas
de competencia del departamento Pontificio existe la colaboración con la Fundación
para los bienes y las Actividades Artísticas de la Iglesia. (Patricia L. Jáuregui
Romero – Radio Vaticano)