Dios conceda el don de la paz, el silencio de las armas y cese de toda violencia:
el Papa en Oriente Medio
(RV).- (Con Audio) Como mensajero de Paz Benedicto XVI celebró este XXIV Domingo
del Tiempo Ordinario su tercera jornada de visita al Líbano. También en su alocución
previa al rezo mariano del Angelus Domini el auspicio de paz para Siria y los
Países que le son vecinos estuvo en el centro de su mensaje. Una vez más Su Santidad
elevó un enérgico llamamiento dirigido no solo a la Comunidad Internacional sino
a los Países árabes para que puedan ser planteadas las soluciones que conduzcan al
respeto de la dignidad de toda persona humana.
El sugestivo lugar en el que
el Papa pronunció su mensaje previo al rezo mariano del AngelusDomini
ha sido el City Center Waterfront de Beirut, un escenario ideal -tierra ganada
al mar-, que se eleva sobre los escombros del centro de Beirut arrasado al suelo
en tiempo de guerra, y que fueron llevados a ese sitio, y que hoy –con excelente
creatividad- forma parte de la zona turística de Beirut. En este simbólico cuanto
evocativo lugar donde el Santo Padre celebró la Santa Misa y la entrega de la Exhortación
Apostólica postsinodal para el Oriente Medio, también su predecesor el beato Juan
Pablo II el 11 de mayo de 1997,celebró la Santa Misa.
“El ruido de las armas
continua escuchándose” constató el Papa en el simbólico lugar donde poco antes había
celebrado la Santa Eucaristía, para añadir que junto al fragor de las armas también
se escucha el grito de las viudas y de los huérfanos. Una realidad que el Sucesor
de Pedro condensó recordando que las primeras víctimas de la violencia desatada por
el odio son ellas y ellos: las mujeres y los niños, y que sin embargo y todavía,
al motivo de este odio no se le encuentra explicación.
Con la convicción
de quien se hace portador de un mensaje de paz, el Santo Padre recordó: “Quien quiere
construir la paz debe dejar de ver en el otro un mal que debe eliminar”. A la vez
de que reconoció que ésta no es una tarea fácil, enfáticamente recordó que sin embargo
se hace una tarea necesaria si -realmente- se quiere construir la “fraternidad”,
concepto de hermandad y tolerancia, de amor, que ha sido uno de los más repetidos
a lo largo de estos días de su visita al Líbano, palabra que ha marcado junto con
la palabra "paz" los discursos y las palabras pronunciadas por el Papa en El Líbano
y dirigidas a todo Oriente Medio. De las palabras del Papa citamos: “Que Dios conceda
a vuestro país, a Siria y a Oriente Medio el don de la paz de los corazones, el silencio
de las armas y el cese de toda violencia. Que los hombres entiendan que todos son
hermanos. María, que es nuestra Madre, comprende nuestras preocupaciones y necesidades".
Antes de pronunciar el rezo dominical quiso el Papa pedirle a María bajo la advocación
de Nuestra Señora del Líbano su maternal protección; y unido a los patriarcas de
las Iglesias orientales pedir una vez más la conversión que nos pueda conducir a trabajar
por la paz sin exclusiones. Fraternidad, tolerancia, respeto, vida, perdón y paz,
los conceptos que encuentran eco en el mensaje que con su visita el Papa está dejando
en los corazones y mentes en Oriente Medio. (Audio Angelus Papa) (Patricia L.
Jáuregui Romero – Radio Vaticano)
TEXTO ALOCUCIÓN DEL SANTO PADRE PREVIA
AL REZO MARIANO DEL ANGELUS DOMINI PRONUNCIDO EN EL CITY CENTER WATERFRONT DE BEIRUT.16.09.2012
Queridos hermanos y hermanas, dirijámonos ahora a María,
Nuestra Señora del Líbano, en torno a la cual se encuentran los cristianos y los musulmanes.
Pidámosle que interceda ante su divino Hijo por vosotros y, en particular, implorando
el don de la paz para los habitantes de Siria y los países vecinos. Conocéis bien
la tragedia de los conflictos y de la violencia, que genera tantos sufrimientos. Desgraciadamente,
el ruido de las armas continúa escuchándose, así como el grito de las viudas y de
los huérfanos. La violencia y el odio invaden sus vidas, y las mujeres y los niños
son las primeras víctimas. ¿Por qué tanto horror? ¿Por qué tanta muerte? Apelo a la
comunidad internacional. Apelo a los países árabes de modo que como hermanos, propongan
soluciones viables que respeten la dignidad de toda persona humana, sus derechos y
su religión. Quien quiere construir la paz debe dejar de ver en el otro un mal que
debe eliminar. No es fácil ver en el otro una persona que se debe respetar y amar,
y sin embargo es necesario, si se quiere construir la paz, si se quiere la fraternidad
(cf. 1 Jn 2,10-11; 1 P 3,8-12). Que Dios conceda a vuestro país, a Siria y a Oriente
Medio el don de la paz de los corazones, el silencio de las armas y el cese de toda
violencia. Que los hombres entiendan que todos son hermanos. María, que es nuestra
Madre, comprende nuestras preocupaciones y necesidades. Con los patriarcas y los obispos
aquí presentes, encomiendo a Oriente Medio bajo su materna protección (cf. Proposición
44). Que con la ayuda de Dios nos convirtamos, trabajando con ardor por instaurar
la paz necesaria para una vida armoniosa entre hermanos, no importa su proveniencia
o convicciones religiosas. Ahora oremos: Angelus Domini...