"Católicos en África sean embajadores de la esperanza y paz de Cristo", alienta el Papa

(RV).- Benedicto XVI dirigió un mensaje al congreso panafricano de los laicos del continente, sobre el tema «Testimonios de Jesucristo en África hoy. Sal de la tierra ... luz del mundo» (Mt 5,13- 14) – exhortando a que ni el terrorismo fundamentalista ni la mentalidad relativista y nihilista, que afecta a varias partes del mundo, se abran paso en el luminoso horizonte de la realidad africana.

«Todo el continente africano espera a los embajadores de la Buena Nueva... enamorados de Cristo y de la Iglesia, llenos de alegría y gratitud, por el Bautismo que han recibido, valerosos constructores de paz y anunciadores de auténtica esperanza» escribe el Papa, dirigiéndose a los participantes en este importante congreso - que se celebra en Yaundé, desde el 4 de este mes de septiembre y hasta el próximo domingo 9 - organizado por el Pontificio Consejo para los Laicos, con el apoyo de la Conferencia Episcopal de Camerún.

Tras hacer hincapié en la importante e insustituible misión del laicado católico en la difusión del mensaje cristiano, capaz de purificar y fortalecer los grandes valores de las culturas de África, el Santo Padre recuerda el ejemplo de santa Josefina Bakhita, esclava sudanesa, testimonio de esperanza, para mostrar al mundo «cómo el encuentro con el Dios de Jesucristo es capaz de transformar profundamente a todo ser humano, aun en las condiciones más pobres, para brindarle la dignidad suprema de hijo de Dios».

Una vez más, Benedicto XVI reitera su profundo aprecio hacia los africanos y su Exhortación postsinodal Africae Munus, (128) en la que señala que «la Iglesia se hace presente y activa en la vida del mundo a través de sus miembros laicos. Ellos tienen un gran papel que desempeñar en la Iglesia y en la sociedad». En efecto, los fieles laicos son «enviados de Cristo» (2 Co 5,20) en el ámbito público en el corazón del mundo. Documento que el Papa comienza precisamente señalando que el compromiso de África con el Señor Jesús es un tesoro precioso que confía en este comienzo del tercer milenio a los Obispos, a los sacerdotes, a los diáconos permanentes, a las personas consagradas, a los catequistas y a los laicos de ese querido continente y de las islas vecinas. Misión que conlleva que África ahonde en la vocación cristiana e invita a vivir, en nombre de Jesús, la reconciliación entre las personas y las comunidades, y a promover para todos la paz y la justicia en la verdad.

Antes de impartir su bendición apostólica, el Papa sella su mensaje encomendando los trabajos del Congreso y a sus participantes a la intercesión maternal de la Virgen María, Nuestra Señora de África, Reina de la Paz y Estrella de la Nueva Evangelización.

(CdM – RV)