Que la memoria de Celestino V vuelva a resplandecer
(RV).- En el ámbito de la celebración del Perdón Celestiniano que hoy concluye, Monseñor
Sergio Pagano, Prefecto de Archivo Secreto Vaticano, pronunció una lección magistral
el pasado día 27 en la iglesia de San José Artesano en la ciudad de L'Aquila. A su
intervención siguió la exposición, en la sede del Banco de Italia, del pergamino con
el cual los cardenales anunciaron a Pietro del Morrone su elección a la cátedra de
Pedro en el lejano año 1294.
El prelado destacó entre otras cosas la necesidad
de una obra que recopile todos los escritos y documentos del Papa Celestino V, figura
santa y siempre fascinante del “Papa eremita”. Porque como observó el Prefecto de
Archivo Secreto Vaticano, los historiadores no son concordes aún sobre la figura de
Pietro del Morrone, por lo que sería necesario un “corpus” seguro de todos los escritos
celestinianos. Y añadió que esta obra podría ver la luz “con el renacimiento de la
ciudad del Aquila” tan duramente afectada por el terremoto.
Asimismo el prelado
manifestó su deseo de que “la merecida y duradera memoria del Papa Celestino vuelva
a resplandecer no sólo en Collemaggio, donde descansan sus restos, sino en la ciudad
que el vio en su ingreso como nuevo Pontífice. Por otra parte, Monseñor Pagano no
dejó de recordar el momento histórico del Cónclave que, el 5 de julio del año 1294,
eligió de modo sorpresivo e inesperado a Pietro del Morrone como Sucesor de Pedro.
Y destacó el signo indeleble dejado por el brevísimo Pontificado de Celestino
V, que fue de apenas seis meses. De él, añadió, se ocuparon los poetas y los cronistas
de su época, “dejándonos a nosotros la bella memoria de un hombre íntegro y de un
santo”. Y dijo que, a pesar de los juicios discordantes de los historiadores de su
Pontificado, nadie ha puesto en duda la “absoluta moralidad del Papa Celestino", ni
su “ser ajeno a los designios del poder o del prestigio mundano". Por último, Monseñor
Pagano evidenció que no es casual que precisamente ese siglo que concluía con Celestino
V haya visto surgir el gran espíritu reformador de Francisco de Asís”.