Una teóloga carmelita descalza retoma a “las Madres del Vaticano II”
(RV).- El 11 de octubre del año 1962 en el Vaticano, Juan XXIII inauguró los trabajos
de un proyecto que había pensado años antes y a muy poca distancia de su elección
para ocupar la Sede de Pedro, la celebración de un Concilio. Con la proclamación
del Año de la Fe, la celebración del Sínodo de Obispos sobre la Nueva Evangelización,
dentro de pocos meses, en octubre, la Iglesia universal, estaremos celebrando el
quincuagésimo aniversario de esta apertura, que ha sido determinante. Proyectada
50 años atrás, en el tiempo y en su contexto, con su imagen, la Iglesia promovía
grandes cambios e importantes aperturas.
Cristiana Dobner , carmelita descalza,
teóloga y estudiosa biblista, publicó en el Osservatore Romano un comentario a propósito
de la participación de 23 mujeres en el Concilio Vaticano II, bajo el título “Las
madres del Vaticano II” en su aportación queda claro el mensaje, el papel de la mujer
en el acontecimiento que cambió y sigue cambiando la vida de la Iglesia. La religiosa
recuerda que “La historia de los concilios de la Iglesia siempre ha sido articulada
y llena de sorpresas teológicas, humanas y por desgracia también políticas. Una certeza
-sin embargo- ha guiado siempre los trabajos de los Padres conciliares y de sus peritos:
el Espíritu sopla, anima, pero también aplaca las tormentas”.
La teóloga italiana,
nacida en Trieste, Italia, en el año 1946, que ingresó a la orden de las Carmelitas
descalzas tras haber realizado profundos estudios teológicos bíblicos en lenguas antiguas
y modernas; colaboradora de numerosas revistas, agencias católicas y naturalmente
del Osservatore Romano el periódico Vaticano; rescata de la memoria del encuentro
de la Iglesia con los tiempos modernos la participación de 23 mujeres que habían sido
convocadas por el Papa Pablo VI el 8 de septiembre de 1964, algunos días antes del
inicio de la tercera Sesión conciliar, para participar como auditoras, en el sentido
de oyentes. Hacemos un poco de historia: El Concilio Vaticano II se abrió en el año
1962 y fue una iniciativa de “El Papa Bueno”, Juan XXIII quien falleció al año siguiente.
Tras el Cónclave de ese año, y la elección de Pablo VI se dio seguimiento a los trabajos
iniciados por el anterior pontífice, hasta su culminación en el año 1965. Cristiana
Dobner comenta la iniciativa de la participación de estas figuras: “configuradas por
un adverbio –el de auditoras- que habría limitado sus tareas, pero tal vez acrecentado
la responsabilidad, “simbólicamente”, para añadir: “Sin embargo, la ruptura con los
siglos pasados se había cumplido”. Para manifestar sus ideas, Dobner alude a la escritora
Adriana Valerio autora de un libro de reciente publicación cuyo título traducido al
español es el de “Las Madres del Concilio. Veintitrés mujeres en el Vaticano II” (Ed.
Carocci, 2012), donde se presenta la personalidad de estas 23 convocadas, “vestidas
de negro y cubiertas con un velo también negro, narrando los acontecimientos que hicieron
de colofón a su silenciosa presencia en el aula, pero también a sus concretas y reales
intervenciones”.
La carmelita descalza desde su posición de religiosa, pero
también de mujer e intelectual observa que “le debemos un profundo ‘gracias’ al
Papa que logró romper la barrera secular”, y no deja de hacer notar que el papel
que se le dio a la mujer en esta emblemática elección de “Las Madres del Vaticano
II”, fue un papel modesto y observa que la denominación de “madres” la dieron con
sentido humorístico los mismos Padres conciliares, aludiendo a las profundas implicaciones
de este sustantivo femenino en tal contexto.
Lo que nuestra autora destaca
en su artículo es que estas mujeres-madres, marcan un surco entre dos concepciones
de la mujer: “Aquella que la considera relegada a tareas domésticas y de ayuda, con
un perfil bajo, y la que la considera en toda su potencialidad de inteligencia y de
cuidado, al igual que la entendió la patrona de Europa Edith Stein, como capacidad
de escuchar al otro y de saberlo acoger”.
¿Quiénes fueron las madres del Concilio
Vaticano II convocadas el 8 de septiembre de 1964? “En todo las “auditoras”, fueron
diez religiosas y trece laicas, dos de ellas viudas de guerra: Cordero Lanza di Montezemolo
y Grillo. Grandes nombres los de las religiosas, todas ellas comprometidas en sus
respectivos ámbitos con reconocida profesionalidad, entre las otras Juliana Thomas,
la egipcia Khouzam, Pilar Bellosillo, presidente de la Unión mundial de las organizaciones
femeninas católicas, Gladys Parentelli, que por la audacia de presentarse con la cabeza
descubierta y con mangas cortas, se vio recortada de las fotos oficiales, para llegar
a aquella que tuvo que llevar el notable peso de la mediación: Sabine de Valon”.
Las
oyentes tenían muchas expectativas, querían formar parte del debate conciliar y no
estar relegadas al silencio oficial. De hecho la autora nos cuenta que estas mujeres
al interno de los grupos de estudio se demostraron capaces de intervenir en la discusión
de los documentos y en su redacción… “Eran mujeres concretas y de carne y hueso…
y sin embargo las veintitrés Madres, cada una a su manera, dan la impresión de haber
conducido una autentica revolución muda, y en la más profunda paz y usando solamente
instrumentos de paz, para afirmar una verdad muy sencilla: el ser humano salió de
las manos del Creador hombre y mujer y, como tal, debe ser tomado en consideración.
No solo hombre, no solo mujer”. (Patricia L. Jáuregui Romero – Radio Vaticano)
Del
artículo “Le madri del Vaticano II” de CRISTIANA DOBNER: L’Osservatore Romano
del 02.08.2012 La autora cita la publicación en idioma italiano: Madri del
Concilio. Ventitré donne al Vaticano II. Roma, Carocci Editore, 2012, pagine 165,
euro 16.