Fisichella: “Sin los católicos, la sociedad sería más pobre y más triste”
(RV).- El pasado 29 de julio, en Kostrzyn, (una pequeña localidad polaca en la región
de Mazovia al sur de Varsovia), se celebró el Primer Congreso Nacional sobre la Nueva
Evangelización en el que además de mil quinientas personas participaron el presidente
del Pontificio Consejo para la Nueva Evangelización, el arzobispo Rino Fisichella,
quien en una entrevista concedida a nuestra emisora (al padre Stanisław Tasiemski,
Sección polaca de Radio Vaticano) destacó que la tarea específica de la nueva evangelización
es la de reavivar en aquellos que ya son cristianos y bautizados, la conciencia de
ser evangelizadores. Enfatizó además que solo a partir de esto es posible alcanzar,
también, a las personas que se dicen cristianas pero que se han hecho indiferentes,
o bien, a las personas que no participan más en la vida de la comunidad cristiana;
o aquellas que no conocen todavía a Jesucristo. “Los cristianos, en este momento de
profunda crisis en la cultura y en la sociedad, pueden fácilmente encontrar mayor
seguridad al interno de sus iglesias, de sus comunidades, añadió, pero esto puede
significar banalizar el evento de Pentecostés que en cambio obliga a los cristianos
a estar presentes en el mundo y por lo tanto ahí en donde vive el hombre para llevar
a cada uno el Evangelio”.
Monseñor Rino Fisichella expresó en el ámbito del
desafío de la Nueva Evangelización que no es concebible que la Iglesia pueda vivir
de manera privada la dimensión del anuncio que es universal y que debe ser llevado
a todos, e indicó que se requiere por parte del creyente una presencia significativa
en la sociedad al punto de aseverar que “sin la presencia de los católicos, la sociedad
sería más pobre y más triste porque llegaría a faltar la riqueza del Evangelio y de
nuestra esperanza”.
Al ser cuestionado sobre si la Iglesia deberá cambiar el
lenguaje del Anuncio el arzobispo presidente del Pontificio Consejo para la Nueva
Evangelización recordó que el beato Juan Pablo II solía afirmar que la nueva evangelización
requiere de un nuevo lenguaje, un nuevo método, pero también de un renovado entusiasmo;
por lo que se necesita la capacidad de hablar el lenguaje de los contemporáneos y
sin embargo, no es posible olvidar que el contenido del anuncio es siempre el mismo:
ayer, hoy y siempre por lo que no cambia, mientras lo que sí cambia es la sociedad,
el modo de concebir la vida. Es entonces cuando -según su parecer- debemos ser capaces
de entrar en la cultura secularizada para hacer comprender también los límites que
ésta tiene. “Vivir en el mundo como si Dios no existiera no solo no ha enriquecido
la cultura, sino que ha empobrecido al hombre porque el hombre, hoy, está profundamente
en crisis”, concluyó.
El padre Stanisław Tasiemski, de la Sección polaca de
Radio Vaticano, cuestionó a Mons. Fisichella sobre los frutos que en calidad de presidente
Pontificio Consejo para la Nueva Evangelización él mismo espera del sínodo de los
Obispos que se realizará en el Vaticano en el próximo mes de octubre. A esta pregunta
el presidente del dicasterio respondió: “Actualmente el dicasterio cuenta con muchas
y diversas experiencias de nueva evangelización, personalmente hablando mis esperanzas
son las de que uno de los primero frutos sea el de comprender la exigencia de la unidad
en la obra de evangelización, en el respeto de la complementariedad. Es necesario
rencontrar una profunda unidad en la conciencia, en el entender la urgencia de la
nueva evangelización, y sin embargo, debemos ser capaces de reconocer que las varias
experiencias son todas muy importantes, pero son como afluentes que deben encauzarse
hacia un mismo río”. (Patricia L. Jáuregui Romero – Radio Vaticano)