2012-07-19 15:25:45

Jerónimo Agoniza


jesuita Guillermo Ortiz
EN EL ESPÍRITU DE APARECIDA

(RV).- (Audio) RealAudioMP3 La tierra de Jerónimo es rica y abundante. Llena de frutos en la superficie y en lo profundo preñada de minerales. El latinoamericano Jerónimo, posee la sabiduría antigua de su familia para obtener de la tierra lo que necesita sin herirla. Respetándola, para que no se agote, ni se rompa el equilibrio de la creación. Pero por las injusticias sufridas Jerónimo no tiene hoy las herramientas para saciar el hambre; las necesidades esenciales. No vive. Sobrevive. Agoniza.
A ti ¿no te duele el dolor de Jerónimo?

Al señor Mercado no le importa nada. Aprovechó la ocasión y vino con su industria y le ofreció trabajo ahí mismo en su tierra. Con sus máquinas, pero con la fuerza de Jerónimo y de su familia –trabajan hasta los niños- se adueña poco a poco de la tierra y acaba con la salud y la vida de Jerónimo y su familia. Hoy Jerónimo y los suyos respiran aire contaminado. En su propio río beben agua envenenada por los métodos de explotación de los recursos naturales que hoy el Sr. Mercado se lleva lejos de la tierra de la tierra de familia.

Días pasados Jerónimo levantó la cabeza, pidió que lo escucharan. Pero cuando insistió en expresar su desacuerdo tres balas lo pararon en seco.

Asalto a mano armada

Lo que sucede a Jerónimo se parece a la noticia de la familia que resultó masacrada en el robo porque se resistieron al ladrón. Solo que se trata de grandes comunidades que reaccionan, como sucede en Perú, Bolivia, Colombia, Argentina, Paraguay, para mencionar solo algunos casos.
Algunos medios refieren la cuestión como si se tratara de una “guerra”. Yo afirmo que se trata de un “robo”; de un asalto camuflado que termina “a mano armada”.

Un tiro de bala quitó la vida a José Antonio Sánchez Huamaná, de 29 años, durante una manifestación en Cajamarca, Perú, por el proyecto minero de extracción de oro llamado Conga de la compañía estadounidense Newton. El saldo fue cinco muertos y 45 heridos, que también tienen un nombre y una familia. Se manifestaban contra la contaminación y la desaparición de las fuentes de agua de la región del norte de Perú. Esto comenzó el pasado 3 de julio.
El problema se repite en otros países. En Bolivia agricultores y trabajadores mineros ocuparon minas en la comunidad de Malku Khota, a 300 kilometros de La Paz para frenar los proyectos de la empresa South American Silver. Ya hay por lo menos un muerto. ¿Por qué?
Ha cumplido poco más de un mes del conflicto en Canindeyú, Paraguay. Hay siete policías y once campesinos muertos y veinte heridos de ambas partes. ¿Por qué estas muertes? Esto no es bueno. No está bien.

Actitud Depredatoria y Egoísta

La Iglesia, madre y maestra de humanidad, se expresa así a través de los pastores latinoamericanos reunidos en aparecida: “(DA 473) La riqueza natural de América Latina y El Caribe experimentan hoy una explotación irracional que va dejando una estela de dilapidación, e incluso de muerte, por toda nuestra región. En todo ese proceso, tiene una enorme responsabilidad el actual modelo económico que privilegia el desmedido afán por la riqueza, por encima de la vida de las personas y los pueblos y del respeto racional de la naturaleza. La devastación de nuestros bosques y de la biodiversidad mediante una actitud depredatoria y egoísta, involucra la responsabilidad moral de quienes la promueven, porque pone en peligro la vida de millones de personas y en especial el hábitat de los campesinos e indígenas, quienes son expulsados hacia las tierras de ladera y a las grandes ciudades para vivir hacinados en los cinturones de miserias. Nuestra región tiene necesidad de progresar en su desarrollo agroindustrial para valorizar las riquezas de sus tierras y sus capacidades humanas al servicio del bien común, pero no podemos dejar de mencionar los problemas que causa una industrialización salvaje y descontrolada de nuestras ciudades y del campo, que va contaminando el ambiente con toda clase de desechos orgánicos y químicos. Lo mismo hay que alertar respecto a las industrias extractivas de recursos que, cuando no proceden a controlar y contrarrestar sus efectos dañinos sobre el ambiente circundante, producen la eliminación de bosques, la contaminación del agua y convierten las zonas explotadas en inmensos desiertos”.








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