2012-07-14 12:02:01

El Yad Vashem recuerda el valor del arzobispo Sliège


(RV).- En la vigilia del setenta aniversario de la redada del Velódromo de invierno -la rafle du Vél d’hiv-, ocurrido el 16 y 17 de julio de 1942 en Francia durante la segunda guerra mundial que conmemora la brutal detención de 13 mil judíos parisinos, entre ellos 4 mil niños que fueron deportados a los campos de concentración nazi; el Yad Vashem de Jerusalén añadió una incisión sobre la Medalla de los Justos que había sido entregada en 1970, en modo póstumo, a la familia del arzobispo de Tolosa, el cardenal Jules-Gérard Saliège, por su obra a favor del pueblo judío en Francia, durante este terrible periodo en el que la policía francesa tomo parte con nueve mil gendarmes en la operación.

En agosto de 1942, el purpurado francés se levantó en defensa de los judíos apoyado por sus hermanos cristianaos haciendo pública una célebre carta pastoral mediante la que se recordaba que no podían olvidar que “todos los judíos son nuestros hermanos”. El régimen de Vichy, prohibiendo la publicación de aquella carta en realidad contribuyó para su difusión.

A tantos años de distancia, este 13 de julio el Museo de la Legión de Honor de París, por iniciativa del general jean Louis Georgelin y de Anne de Chefdebien, curadora del museo, rindió homenaje al arzobispo de Tolosa exponiendo la Medalla de los Justos, junto con la Cruz de la liberación y la medalla de la legión de honor del cardenal. Reunir las tres condecoraciones constituye un proyecto único porque no existe en el mundo otro museo que cuente con la exposición de una Medalla de los Justos entre las Naciones.

Se trata de un homenaje extraordinario que se añade a las investigaciones efectuadas por Sylvie Berney en su obra La Iglesia de Francia ante la persecución de los judíos 1940 – 1944. Estas investigaciones se fundan sobre numerosos documentos inéditos –fondos de congregaciones religiosas, correspondencias privadas, archivos episcopales, entre ellos las notas personales del cardenal Emmanuel Suhard, arzobispo de París durante la ocupación que revela que estas tomas de posición no fueron el fruto, como muchas veces se presenta hoy, de la iniciativa individual de un obispo, sino una concertación de fuerzas al interno del episcopado francés sobre la actitud que la Iglesia pensaba mantener.

Más en general, esta investigación en los archivos diocesanos arroja una nueva luz sobre la actitud del Pontífice Pío XII. De hecho a partir del año 1942, en la zona libre, en el sur de Francia, monseñor Valerio Valeri, el nuncio apostólico, por solicitud del mismo Papa, desempeñó un papel de primer plano en el poner en marcha una estrategia colectiva. Sylvie Berney en su obra recuerda que las redes de la resistencia judía desde aquel momento, se beneficiaron del apoyo de los católicos colaborando con los institutos religiosos. Berney muestra también que esta colaboración no habría podido realizarse sin el apoyo de los obispos franceses, que en aquella época insertaron explícitamente el brindar asistencia a los judíos perseguidos entre los objetivos de la congregación de sus diócesis.

Es en el marco de esta estrategia colectiva que emerge la acción de grandes figuras heroicas de la Iglesia francesa, como aquella del cardenal Saliège. Y es a su valor profético que el Yad Vashem le ha rendido homenaje haciendo incidir en el reverso de la medalla de los Justos la fórmula del Talmud que reza “Quien salva una vida salva a la humanidad”. (PLJR)








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