(RV) Pesar y preocupación ante la nueva violencia perpetrada en Kenia, en la ciudad
de Garissa, que ha causado, una vez más, víctimas inocentes e indefensas. El director
de la Oficina de Prensa de la Santa Sede y nuestro director general, Padre Federico
Lombardi, con un llamamiento a que se detenga el horror, reitera que es apremiante
oponerse a actos irresponsables que alimenten el odio entre las diferentes religiones:
«Los sangrientos
atentados en Kenia, en la ciudad de Garissa, contra dos iglesias cristianas, entre
ellas la catedral católica, durante el rezo dominical son un hecho horrible y muy
preocupante. Parece, en efecto, que entre los grupos terroristas el ataque contra
los cristianos reunidos los domingos en los lugares de culto se ha vuelto un método
particularmente eficaz para la difusión del odio y del miedo. La vileza de la violencia
contra personas inermes reunidas pacíficamente para rezar es incalificable. Además
de la cercanía a las víctimas, es necesario reafirmar y defender decididamente la
libertad religiosa de los cristianos y oponerse a actos irresponsables que alimenten
el odio entre las diferentes religiones, así como también es necesario actuar de forma
eficaz, para lograr una solución de los dramáticos problemas de Somalia, que repercuten
en la región».
Los ataques fueron perpetrados de forma simultánea contra la
Catedral Católica y la iglesia African Inland Church (AIC) en Garissa, localidad próxima
a la frontera con Somalia y al campo de refugiados somalíes de Daabad. Según los primeros
balances, son 17 los muertos y más de 50 los heridos. También el Consejo supremo de
los musulmanes en Kenia ha condenado de inmediato estos atentados, pidiendo que se
respeten los lugares de culto.
En los últimos meses, se han perpetrado varios
actos de violencia terrorista – en el norte de Kenia, en Nairobi y en Mombasa, causando
numerosas víctimas. Como señala el Padre Lombardi es dramática situación que abarca
a toda la región africana. También en Nigeria se han registrado en los últimos tiempos
numerosos atentados cometidos por la secta islamista Boko Haram contra lugares de
culto cristianos.
Como ocurrió hace pocos días, en el estado norteño de Kaduna,
con atentados suicidas, y Benedicto XVI, asegurando su oración por las víctimas,
culminó su Audiencia general – el 20 de junio - con un apremiante llamamiento por
el cese inmediato, en Nigeria, del esparcimiento de sangre de tantos inocentes. Dirigiéndose
a los responsables del terrorismo y pidiendo que no se elija el camino de la venganza:
Sigo con profunda
preocupación las noticias que provienen de Nigeria, donde continúan los atentados
terroristas dirigidos sobre todo contra los fieles cristianos. Mientras elevo la oración
por las víctimas y por cuantos sufren, hago un llamamiento a los responsables de las
violencias, a fin de que cese inmediatamente el esparcimiento de sangre de tantos
inocentes. Además, deseo la plena colaboración de todos los componentes sociales de
Nigeria, para que no se persiga la vía de la venganza, sino para que todos los ciudadanos
cooperen en la edificación de una sociedad pacífica y reconciliada, en la que se tutele
plenamente el derecho de profesar la propia fe.