(RV).- Ante el anuncio de la próxima peregrinación de Benedicto XVI a Loreto, el 4
de octubre, para “confiar a la intercesión de la Virgen los trabajos del Sínodo de
los obispos y el Año de la Fe”, el arzobispo prelado de este santuario italiano, Mons.
Giovanni Tonucci, recuerda que en los momentos importantes, la Iglesia se encomienda
a María:
«Lo veo como
un gesto profético, un gran anuncio para la Iglesia entera: en los momentos fundamentales,
la Iglesia se dirige a María y le pide que nos acompañe en este camino. El Sínodo,
el Año de la fe, son momentos importantes para el camino de la Iglesia y como hizo
el Papa Juan XXIII, ahora Benedicto XVI repite el mismo gesto, volviendo a cumplir,
de alguna manera, el mismo itinerario y mirando hacia el mismo Santuario, como punto
de referencia verdadero de la devoción mariana de la Iglesia. Yo siento un gran aliento
hacia una dimensión teológica de la dimensión mariana de la Iglesia, que es extremamente
alentador y , ya de por sí, una gran lección».
Como Pastor responsable de
un lugar de oración que es uno de los más visitados de la cristiandad, Mons. Tonucci
nos dice qué cree que traerá el Año de la Fe a la Iglesia: «Creo que deberá
llevar a una mayor reflexión sobre el trabajo cumplido en el Concilio y en estos 50
años. El Concilio abrió dimensiones muy importantes, qusiera recordar la mayor atención
a la escucha de las Escrituras. Lo que antes se decía – que los católicos respetan
tanto la Biblia, que nunca la abren – ya no es verdad. Hay un gran contacto entre
cada fiel y la Sagrada Escritura, a través de la liturgia y de la lectura personal.
Creo que durante el Año de la fe, deberíamos hacer que todas las familias y cada persona
de fe familiaricen con la Escritura y, con el conocimiento bíblico, sepan interpretar
y comprender mejor el magisterio de la Iglesia»
Todavía no se decidió el
programa de esta peregrinación de Benedicto XVI a los pies de la Virgen de Loreto,
lo que sí es seguro es el anhelo de que el Santo Padre perciba el profundo amor de
la Iglesia: «Sé que el Papa
celebrará una misa en la Basílica y por ahora vivimos la gran alegría por la noticia
de su visita. De ahora en adelante, hay que pasar a lo concreto y hacer que esta
visita y encuentro - aun siendo breve - sea el más bello y agradable para todos.
Sobre todo, anhelo que sea una gran alegría para el Santo Padre, tan amado aquí en
Loreto, así como en toda la Iglesia. Quisiera que esta cercanía y amor se sienta muy
fuerte».