2012-07-01 16:33:18

No hay que criminalizar al adicto


(RV).- Los miembros de la Comisión de Drogodependencia de la Conferencia Episcopal Argentina con motivo del día internacional de lucha contra el uso indebido y el tráfico ilícito de drogas hizo pública una nota en la que destacan que en estos días se están tratando en Comisiones de la Cámara de Diputados algunos anteproyectos acerca de la tenencia de drogas para el consumo personal. Y afirma que en general se habla de “despenalización” a secas, como si éste fuera el aspecto más importante a abordar en esta problemática.

Al considerar que en varias ocasiones se ha llegado a proponer como modelo la legislación sancionada en Portugal para su despenalización, recuerdan que el Congreso lusitano tomó esta medida juntamente con una serie de recaudos y contenciones socio-sanitarias que no figuran en los anteproyectos en análisis.

Por esta razón afirman que la Ley debe tener en cuenta a todas las personas. La droga es nociva y siempre provoca daño a la salud. Pero golpea con mayor dureza en los más débiles. Por esto se preguntan si ¿se puede resguardar a los pobres el derecho a drogarse cuando no tuvieron garantizados los derechos a la alimentación en su infancia, a la vivienda digna, a la atención sanitaria, a la educación de calidad, a las cloacas, al deporte y tantos otros?

En cuanto al hecho de que algunos medios, al referirse a la mirada de la Iglesia escriben que “la Iglesia se opone a la despenalización”, aclaran que esto es parcializar el mensaje. Puesto que la Iglesia siempre ha afirmado que no se debe criminalizar al adicto; al tiempo que añade que si no se le brindan posibilidades concretas de recuperación, el que es pobre termina robando o prostituyéndose o mendigando para comprar la sustancia. Y ninguna de esas alternativas se corresponden a su dignidad, y terminan irremediablemente afectando a terceros. Es por eso que insisten en que la discusión no puede estar reducida a despenalizar sí o no, sino que hay que inscribirla en un marco más amplio.

Es imprescindible crear otras alternativas que orienten las acciones no hacia cuestiones penales, sino a la verdadera atención de los que sufren la enfermedad, alentando y fortaleciendo a la sociedad toda para desarrollar condiciones de vida dignas alejadas de la esclavitud a que someten las drogas.

De ahí la insistencia en que “es importante contextualizar socio-culturalmente la legislación. Si el mensaje que reciben los jóvenes y la sociedad favorece el consumo y pone más cerca a la droga, seguiremos en camino de deterioro cada vez mayor”.

(María Fernanda Bernasconi – RV).








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