(RV).- El nuevo Gobierno paraguayo recibió prácticamente la condena de todos los países
de la región que consideran que con la destitución del presidente, Fernando Lugo,
se atenta contra la democracia, aunque todavía no se sabe qué posición tomarán Mercosur
y la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) en su conjunto. Tanto Mercosur como
Unasur tienen cláusulas democráticas que contemplan medidas como el cierre de fronteras
si en alguno de los países miembros se rompe el orden institucional.
A Ecuador,
Argentina, Bolivia, Venezuela y la República Dominicana, que anunciaron desde el primer
momento que no reconocen al nuevo presidente paraguayo, Federico Franco, que hasta
este viernes era vicepresidente de Lugo, se sumaron en las últimas horas Brasil, Panamá,
Nicaragua, Cuba y Perú, además del bloque de la ALBA. Mientras, otros Gobiernos, como
los de Chile, Colombia, Guatemala y México, mantienen una posición intermedia, de
crítica a la manera en que se hizo el juicio político a Lugo en el Senado, pero sin
calificarlo de ruptura institucional.
Precisamente sobre el juicio político,
el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel
Insulza, afirmó que, aunque "apegado a la ley", no parece cumplir con el derecho a
la legítima defensa. El Gobierno brasileño señaló, por su parte, que en este momento se
busca una postura consensuada de la (Unasur). La cumbre que sí está confirmada es
la de Mercosur, que tendrá lugar la semana próxima en Mendoza (Argentina) y que, según
el canciller brasileño, Antonio Patriota, permitirá analizar la situación de Paraguay,
miembro de pleno derecho del bloque, al igual que Argentina, Brasil y Uruguay.
El
presidente paraguayo fue destituido el viernes de su cargo, después de que el Senado
de este país lo declarara "culpable" de mal desempeño en sus funciones al frente del
país. Lugo fue reemplazado por el vicepresidente, Federico Franco, al que los gobiernos
de Argentina, Ecuador, Bolivia y Venezuela anunciaron que no reconocerán por considerar
que ha llegado a la presidencia mediante un "golpe de Estado" (ER-RV)