(RV).- Este 22 de junio el Papa recibió a los 100 participantes en la Asamblea Nacional
de la Confederación Nacional de Cultivadores Directos, Coldiretti, en Italia, con
ocasión del convenio titulado “agricultura familiar para un desarrollo sostenible”.
Encuentro que, como dijo el Papa, ofrece la oportunidad de expresar a esta organización
su aprecio por el compromiso demostrado a favor de las familias que viven y trabajan
en los campos italianos.
Tras distinguir que la sociedad, la economía y el
trabajo no representan ámbitos únicamente seculares, y mucho menos extraños al mensaje
cristiano, el Papa recordó que se trata de espacios por fecundar con la riqueza espiritual
del Evangelio. Tal como citó, la Iglesia no es indiferente a la calidad de la vida
de las personas a sus condiciones de trabajo y por ello advierte la necesidad de cuidar
al hombre y los contextos en los que vive y produce, para que sean lugares auténticamente
humanos y humanizantes.
Al respecto el Siervo de Dios Pablo VI observa que
“La Iglesia dirige un cuidado particular a la gente de los campos abriendo el camino
a su elevación humana y moral, ayudándola a realizar su misión con dignidad y conciencia
de su valor espiritual y social, y añade el Papa, en esta ocupación, la Iglesia se
alegra de involucrar las varias agregaciones, como Coldiretti que inspiran la propia
acción en los principios de la doctrina social católica y recordó que en esta organización
de cultivadores, la enseñanza católica en materia de ética social ha conocido uno
de sus más fértiles “laboratorios”, debido a la intuición y sabiduría de su fundador
Paolo Bonomi, que trabajo a la luz del Evangelio de la caridad y en el surco del Magisterio
social de la Iglesia.
Sobre este gran promotor de los agricultores, Benedicto
XVI colocó el modelo a seguir como dignos herederos de tan rico patrimonio ideal:
“A ustedes les toca, hoy, permaneciendo fieles a los valores adquiridos, colocarse
en un valiente diálogo con las cambiantes condiciones de la sociedad”. Además recordó
que a todos ellos les son requeridas una nueva conciencia y un ulterior esfuerzo de
responsabilidad ante el mundo agrícola. Por ello los invitó también a sentirse partícipes
de tal misión, cada uno comprometido en el papel que reviste, para sostener los intereses
legítimos de las categorías que representa, actuando siempre con paciencia y amplitud
de mirada.
Tras referirse a la persistente crisis económica y financiera, con
sus incógnitas, que pone a los agricultores y pescadores ante desafíos inéditos que
están llamados a afrontar como cristianos, cultivando un renovado y profundo sentido
de responsabilidad, y dando prueba de solidaridad y generosidad. En este punto Benedicto
XVI tras observar que “considerado que a la base de la actual dificultad económica
existe una crisis moral”, invitó a los miembros de Coldiretti Italia, para que actúen
de modo tal que las instancias éticas mantengan el primado sobre cualquier otra exigencia.
Es necesario, les dijo llevar el remedio hasta la raíz de la crisis favoreciendo el
redescubrimiento de aquellos valores espirituales de los cuales se desprenden ideas,
proyectos y obras. (Patricia L. Jáuregui Romero - Radio Vaticano)