(RV).- (Audio) Este jueves celebramos
el Santísimo Cuerpo de Cristo. Este día el Santo Padre celebrará la Santa Misa en
la Basílica de San Juan de Letrán, y presidirá la Procesión Eucarística que recorrerá
la vía Merulana que comunica esta basílica con la Basílica de Santa María la Mayor.
Esta Fiesta se celebra en todo el mundo de diferentes maneras. En el Perú, se celebra
el Corpus Christi Cusqueño, es la fiesta religiosa más importante del Cusco, antes
de la procesión del día del Corpus, llegan quince santos e imágenes de la Santísima
Virgen organizados en varias procesiones y de diferentes lugares hasta la Catedral,
para saludar al Cuerpo de Cristo. Y luego juntos realizan al día siguiente la Procesión
principal.
Y en Venezuela se realiza una manifestación que tiene ya más de
cien años de existencia: Los Diablos Danzantes de Naiguatá. Los danzantes llevan trajes
pintados a mano y sus máscaras son una hermosa artesanía, representando cabezas de
animales. Se caracterizan por llevar en la cintura, un campanario con cencerros y
campanitas de diferentes formas y tamaños para producir un sonido que, según la creencia
popular, sirve para alejar los malos espíritus. Cada danzante usa dos crucifijos como
protección debajo de la ropa, uno en cada costado, y una medalla del santísimo. El
día del Corpus Christi, inicia la procesión, el párroco lleva en sus manos la custodia
del Santísimo Sacramento para visitar los siete altares ubicados en distintos lugares
de su ruta. Cumpliendo con la tradición, los Diablos Danzantes de Naiguatá jamás darán
el frente a ninguna figura de la Iglesia, sea ésta el sacerdote, la custodia con el
Cuerpo de Cristo o la Iglesia con las puertas abiertas, por eso permanecerán rezagados
y distantes de la procesión y bailarán hasta agotar el último aliento que les queda
despidiéndose hasta el próximo año.
Y siempre en Venezuela, se celebra la
manifestación de los Diablos Danzantes de Yare, de la población de San Francisco de
Yare. Los bailarines se visten con trajes con colores coloridos, capas y máscaras
de apariencia grotesca, y adornos como cruces, rosarios etc. Los Diablos danzan al
son del repique de la caja, un tambor típico. Bailan por las calles del pueblo para
luego arrodillarse al unísono frente a la iglesia, permaneciendo postrados en señal
de respeto al Santísimo mientras el sacerdote los bendice. La celebración termina
cuando al final de la tarde suenan las campanas de la iglesia y la hermandad se dispersa
hasta el próximo año, cuando volverán a representar este rito donde el bien debe prevalecer
sobre el mal. (PY-RV)