(RV).- (Audio) Este domingo 3 de
junio, en el marco del último día de su visita a Milán, para celebrar el VII Encuentro
Mundial de las Familias, en la sede del Arzobispado antes de emprender su viaje de
regreso al Vaticano - tras concluir el almuerzo-, Benedicto XVI saludó a algunos
cardenales, obispos y familias. En esta feliz ocasión, el arzobispo emérito de Milán,
Dionigi Tettamanzi, entregó al Sucesor de Pedro una copia del Evangeliario ambrosiano,
obra de artistas de excelencia que han trabajado bajo la dirección de don Umberto
Bordoni, el coordinador de la comisión del nuevo Evangeliario ambrosiano, y que lleva
en la cubierta una representación iconográfica de la “Jerusalén del Cielo”. Por su
parte el Papa agradeció por este regalo pero también por la experiencia vivida en
Milán que pone al descubierto a la Iglesia viva. El Santo Padre observó que en la
Iglesia, aún en momentos adversos, el Señor está presente, vivo y tiene en mano el
gobierno del mundo y el corazón de los hombres, y esta experiencia de que la Iglesia
está viva, que vive del amor de Dios, que vive de Cristo Resucitado, es el don de
estos días. (Patricia L. Jáuregui Romero - Radio Vaticano)
TEXTO CON
AUDIO PALABRAS DEL PAPA (Audio)
"Queridos amigos,
encuentro bello que al final lleguemos de nuevo a la Palabra de Dios, que es la clave
de la vida, la clave del pensar, del vivir: de este modo hemos iniciado y con esta
Palabra acabamos; estamos en la plenitud de la verdadera vida. Quiero simplemente
decir gracias por todo aquello que he vivido en estos días: esta experiencia de la
Iglesia viva. Si alguna vez se puede pensar que la barca de Pedro esté realmente en
medio de vientos adversos y difíciles –es verdad-, y sin embargo vemos que el Señor
está presente, vivo, que el Resucitado realmente está vivo y que tiene en mano el
gobierno del mundo y el corazón de los hombres. Esta experiencia de que la Iglesia
está viva, de que vive del amor de Dios, que vive de Cristo Resucitado, es –decimos-
el don de estos días. Así, el primer gracias va al Señor, pero gracias también al
cardenal Scola, al cardenal Tettamanzi, a sus colaboradores, a todos –son tantos aquellos
que han colaborado- y a todos aquellos que con nosotros han hecho fiesta".