Filipinas: Alto al tráfico de seres humanos

(RV).- La Iglesia en Filipinas ha pedido que sea detenido el tráfico de seres humanos. El presidente del Secretariado nacional para la acción social, la justicia y la paz, mons. Broderick Pabillo invitó a las diócesis, parroquias y a las comunidades eclesiales del País, destacando que forma parte de la misión de la Iglesia actuar en este campo y todos los fieles deben despertar las conciencias de la comunidad sobre este tema. El prelado filipino recuerda que las iniciativas pueden ser diversa, desde carteles a mantas o manifiestos contra el tráfico hasta recorridos educativos e informativos sobre el problema, llegándose a la difusión de material que promueva la sensibilización de la población. “Es importante –añade- detener la trata de muchos niños y niñas, mujeres que en gran cantidad han sufrido experiencias de violencia y explotación sexual a causa del tráfico de seres humanos”.

El presidente del Secretariado nacional para la acción social, la justicia y la paz, recuerda además que el comercio ilegal de humanos es una forma moderna de esclavitud que explota, en particular, a los débiles y pobres, engañándolos con falsas promesas y transformándolos en presas de actividades delictivas tales como trabajo forzado y prostitución, privándolos de los derechos humanos. Monseñor Pabillo se refirió también a la importancia de la vida humana subrayando que no es una mercancía para vender, para hacer negocio, o para especular económicamente, sino que por el contrario la vida humana debe ser reconocida en su dignidad y por lo tanto debe ser promovida, respetada, protegida y desarrollada hasta que alcance su plenitud. En este sentido ha solicitado al gobierno filipino de poner en acto todos los recursos para detener a los traficantes y someterlos a juicio: “Debemos combatir contra el aumento del tráfico de seres humanos. Pero no se trata de una tarea o de una responsabilidad exclusiva del gobierno, sino de todos”, dado que “cada ciudadano debe contribuir en la lucha contra la trata y para ello es necesario unir las fuerzas en la protección y defensa de la vida y de los derechos humanos. (PLJR - RV)