(RV).- Con su Resurrección,
Jesús ha atravesado “la trama mortal” de la envidia, el orgullo, la mentira y la violencia
que existen en el mundo para salvar al hombre y darle una nueva “esperanza”, para
abrirnos el paso hacia el reino de la vida. Lo afirmó ayer Benedicto XVI en un pasaje
de su Mensaje Urbi et Orbi de Pascua, pronunciado desde el balcón central de la fachada
de la basílica de San Pedro y que concluyó con el tradicional saludo de Pascua de
Resurrección en 65 lenguas y la bendición apostólica. En precedencia, el Papa había
precedido la Santa Misa en la plaza de san Pedro ante 80 mil fieles y peregrinos de
todo el mundo.
El Papa aludió a que especialmente en Medio Oriente y África
se celebra la Pascua en medio de conflictos regionales que provocan muerte y violencia,
son los “rincones oscuros de un mundo y un época que vienen iluminados por la luz
de la exclamación extraordinaria de María Magdalena anunciado a los apóstoles la Resurrección
de Cristo: “he visto al Señor”. Benedicto XVI abrió con esta imagen su Mensaje pascual
insistiendo que “el encuentro con Cristo es un encuentro que cambia la vida: es el
encuentro con un hombre único, que nos hace sentir toda la bondad y la verdad de Dios,
que nos libra del mal, no de un modo superficial, momentáneo, sino que nos libra de
él radicalmente, nos cura completamente y nos devuelve nuestra dignidad”.
En
el fondo, indicó el Santo Padre, no son solamente cuestiones políticas, odios raciales
o afanes económicos los que crean inestabilidad y fomentan el mal, sino el problema
nace en el corazón del hombre. En este mundo, la esperanza no puede dejar de hacer
cuentas con la dureza del mal. No es solamente el muro de la muerte lo que la obstaculiza,
sino más aún las puntas aguzadas de la envidia y el orgullo, de la mentira y de la
violencia.
Pero si Jesús ha resucitado, entonces – y sólo entonces – ha ocurrido
algo realmente nuevo, que cambia la condición del hombre y del mundo. “Cristo es esperanza
y consuelo de modo particular para las comunidades cristianas que más pruebas padecen
a causa de la fe, por discriminaciones y persecuciones. Y está presente como fuerza
de esperanza a través de su Iglesia, cercano a cada situación humana de sufrimiento
e injusticia”.
Nuestros micrófonos en la plaza de san Pedro recogieron el
testimonio de algunos sacerdotes y religiosos que expresaron su alegría por poder
compartir con el Papa y tantos peregrinos llegados de todo el mundo, la fiesta grande
de la Pascua de Resurrección. audio
Un mensaje
de paz del Santo Padre al mundo por encima de etnias, religiones y culturas para que
todos nos comprometamos a colaborar por el bien común, en el respeto de los derechos
humanos. audio
Como muchos
religiosos residentes en Roma, este sacerdote español siguió al Santo Padre también
en el Vía Crucis del Viernes Santo en el Coliseo de Roma. Nos habla de la esperanza
del Santo Padre puesta en los jóvenes y de la importancia crucial de volver a descubrir
el rostro de Cristo. audio (ER –RV)