Octava Dies: “El encuentro”

(RV).- En su editorial "Octava Dies" del Centro Televisivo Vaticano, nuestro director general - el padre Federico Lombardi - se refiere al encuentro personal del Santo Padre con los pueblos de México y Cuba e, idealmente, de toda América Latina:
Un encuentro personal y directo entre el Papa y los pueblos de México y de Cuba, idealmente con todos los pueblos hispanos de América Latina. Este es ciertamente uno de los significados más importantes del viaje apenas concluido. A los ojos de los cientos de millones de católicos del continente americano un paso decisivo – además de la participación en la Asamblea de Aparecida del año 2007 - para confirmar y en cierto sentido equilibrar la atención de este pontificado hacia ellos.
Un mensaje clarísimo de estímulo a la Iglesia en los dos Países, un pedido explícito de espacios mas amplios de presencia y de libertad religiosa, no como tutela de privilegios, sino como posibilidad de servicio, de contribución eficaz para el bien de todos, para la construcción de una sociedad más fraterna, más justa, reconciliada y pacífica. El Papa es el pastor de la Iglesia católica y a través de ella y de su vitalidad pasa sobre todo el servicio de la fe a la vida de los pueblos. No en vano, el corazón espiritual del viaje lo hemos entendido viendo al Papa Benedicto peregrino ante la Virgen de la Caridad del Cobre.
Habrá quien continúe diciendo que han faltado encuentros: la visita a Guadalupe, los disidentes cubanos, las victimas de Maciel… No siempre el Papa puede hacer todo lo que quisiese en el brevísimo espacio de un viaje, pero quien lo escucha entiende su espíritu y sus intenciones, quien lo sigue conoce la coherencia y el valor de sus mensajes. El verdadero gran encuentro, que comprende idealmente todos los encuentros particulares, se ha realizado, y ha sido profundo, espontáneo, sincero. Aquel era el servicio a la confianza, a la esperanza, que el Papa deseaba ofrecer.