La Iglesia ha despertado en las almas de los jóvenes
(RV).- El Encuentro internacional de responsables de las Jornadas Mundiales de la
Juventud - Madrid 2011 Río 2013- organizado por Pontificio Consejo para los Laicos
en Rocca di Papa prosiguió esta mañana con la intervención del secretario del dicasterio,
Mons. Josef Clemens sobre: “Formar a los jóvenes: una misión prioritaria para la Iglesia".
La
juventud es la estación de los sueños, los ideales, los proyectos y las grandes preguntas
y la misión prioritaria de la Iglesia y de toda la comunidad eclesial es la de contribuir
a la formación de los jóvenes, dando respuestas a sus preguntas más profundas. Recordado
la máxima romana: "Verba docent - exempla trahunt" (Las palabras enseñan, los ejemplos
arrastran), Mons. Clemens afirmó que esta energía de la atracción a través del ejemplo
personal, tiene una fuerza única de la convicción, que en el contexto actual no tienen
las simples palabras.
“Las JMJ nos enseñan que muchas veces son los jóvenes
los que convencen a otros jóvenes en la fe. Me parece que este ‘gesto de la oferta’
es un buen ejemplo de la comunión eclesial. La naturaleza simple y el ejemplo vivo
de los compañeros convencen más que largos discursos polémicos de tipo ‘sectario’
como practican jóvenes mormones o adventistas”.
El Papa Benedicto XVI dice
que "los jóvenes hoy en día no son tan superficiales como se les acusa de ser, ellos
quieren saber lo que es la vida real...” es por ello que Mons. Clemens ha invitado
a ¡estudiar el catecismo! Un libro que no es servicial; no ofrece soluciones fáciles,
exige una nueva vida, presenta el mensaje del Evangelio por el cual hay que darlo
todo”.
“Me parece que las JMJ den una valiosa contribución a este esfuerzo
de la Iglesia universal en la formación de las generaciones más jóvenes”. Todo el
evento de la JMJ tiene una fuerte dimensión educativa. Tres elementos la caracterizan:
la enseñanza de los obispos en la catequesis y las homilías del Santo Padre; la experiencia
de la comunidad viva de los creyentes en las celebraciones eucarísticas diarias, las
Estaciones de la Cruz, en la celebración de la víspera y la clausura del domingo;
y el aspecto del testimonio, en las numerosas reuniones y el compromiso personal de
muchos voluntarios-jóvenes y viejos-que ayudan a los participantes de la Jornada Mundial
de la Juventud en su organización y en diversos situaciones de emergencia.
“Los
frutos de la JMJ 2011 en la archidiócesis de Madrid y su impacto pastoral en España”.
Este fue el título de la Conferencia pronunciada ayer por el cardenal Rouco Varela
arzobispo de Madrid durante el encuentro en Rocca di Papa. El cardenal Rouco dijo
que la JMJ ha dado a la Iglesia “una renovada e interiorizada conciencia de la Catolicidad,
pudiéndose calificar la experiencia de Madrid de “acontecimiento de imprevisible trascendencia":
"la Iglesia ha despertado en las almas, y de forma especial en los jóvenes, aunque
haya alcanzado también a toda la comunidad diocesana que vivió la presencia del Santo
Padre y de la juventud del mundo como “una nueva primavera de la Iglesia”!
Los
frutos están ahí, dijo el purpurado: por un lado con “una espiritual y pastoralmente
intensificada adhesión a Jesucristo, el Redentor y Salvador del hombre, manifestada
en la disponibilidad creciente de las generaciones jóvenes a centrar su experiencia
eclesial y humana en Cristo. Y por otro lado, “una creciente adhesión a manifestarse
libre y gozosamente como “cristiano” en la vida pública”.
El cardenal Rouco
insistió que hay “una renovada toma de conciencia en la responsabilidad de la vocación
para ‘la Misión’ hacia dentro y hacia fuera de la Iglesia, manifestada, en el asumir
positiva, creativa y apostólicamente la llamada a la Nueva Evangelización. También
hay el propósito entusiasmado de poner en marcha esta Misión diocesana, con el epicentro
en la juventud.
El arzobispo de Madrid subrayó que en la relación Iglesia-sociedad
ha habido un crecimiento del aprecio de la Iglesia por parte de la opinión pública.
Así como un crecimiento de la toma de conciencia dentro de la Iglesia del valor insustituible
de su presencia y acción evangélicamente transformadora en las realidades temporales
en sus más distintos aspectos: economía, sociedad, cultura y política.
El impacto
pastoral de la Jornada Mundial de la Juventud en España ha sido por tanto “profundo”,
finalizó el cardenal. Ha dado “un impulso para una gran puesta en marcha del programa
de la Nueva Evangelización”, con la vocación espiritualmente acrecentada para cumplir
“con su misión apostólica de forma valiente y comprometida”. (ER – RV)