2012-03-20 13:45:40

No caer en la barbarie del antisemitismo


(RV).- “Un acto horrible e ignominioso”, que suscita “profunda indignación y desconcierto”. Con estas palabras, nuestro Director General, el padre Federico Lombardi, en nombre de la Santa Sede, uniéndose a la solidaridad espiritual expresada por el Arzobispo de Tolosa, Mons. Robert Le Gall a las familias, a las víctimas y a la comunidad judía afectadas por el atentado. “Condena decidida” de la matanza en las palabras del Secretario general de la ONU, Ban Ki-moon. “Un terrible ataque injustificado y ultrajoso”, afirmó el portavoz de la Casa Blanca, Tommy Vietor. “Una violencia espantosa sin alguna justificación”, declaró el Ministro de Asuntos Exteriores británico William Hague. “Un hecho aún más grave, subrayó el presidente del Consejo italiano, Mario Monti, porque estuvo dictado por el antisemitismo, que como la xenofobia y la intolerancia, son totalmente extraños a los principios fundantes de nuestra convivencia civil y al patrimonio de los valores sobre los que se basa toda la humanidad”. Naturalmente, también profunda emoción en Israel, donde serán sepultadas las tres víctimas. Estremecido por el tiroteo, el Primer Ministro Benyamin Netanyahu manifestó su confianza en que las autoridades francesas sabrán capturar al responsable del ataque homicida”.

En Italia, también el arzobispo de Turín manifiesta su solidaridad a la comunidad judía. En una declaración, Mons. Cesare Nosiglia expresa su cercanía y afecto, personal y comunitaria, a esta comunidad nuevamente afectada por la horrible matanza de Tolosa. Y afirma que la Iglesia católica en Turín, desde hace muchos años, ha enriquecido y profundizado la amistad y conocimiento recíproco con la comunidad judía, en un camino de diálogo que sigue siendo fecundo y cordial.

“Creo que en estos momentos –afirma Mons. Cesare Nosiglia– nuestro primer deber de creyentes es asegurar la oración, profunda y sincera, por las víctimas, sus familiares y la entera comunidad. Pero como creyentes y como ciudadanos, también tenemos el deber de decir con fuerza que rechazamos cualquier gesto o signo de intolerancia, racismo y violencia. Es nuestro deber construir y reforzar, con todos los hombres y las mujeres de buena voluntad, una cultura de recíproco respeto y acogida, porque no queremos más volver a caer en la barbarie del antisemitismo y de las discriminaciones religiosas y civiles”. (María Fernanda Bernasconi – RV).







All the contents on this site are copyrighted ©.