(RV).- ¿Qué sucede en la Tarahumara? Es el título de la reflexión de Mons. Rafael
Sandoval Sandoval Obispo de Tarahumara* hecho público en la Página Web de la Conferencia
del Episcopado Mexicano sobre la situación en la Sierra homónima , en el norte de
México, ante la grande difusión mediática, y ante tantas confusiones que se han suscitado
a partir de algunas noticias alarmistas, que a su parecer hacen necesaria una palabra,
aunque limitada, que de cierta luz, aliento y esperanza.
En la parte primera
de esta reflexión se destaca la falsa noticia de que “50 tarahumaras se lanzan a una
barranca para suicidarse” abordando la real situación económica, social, cultural
y religiosa de los pueblos que habitan esta región iluminar a la luz del Evangelio,
la realidad que se vive. Mons. Sandoval aporta algunos caminos de acción capaces de
dar cauce de solución a una tierra “herida durante siglos”, expresando la necesidad
ante todo de escuchar otras voces, la de los pueblos que habitan la Sierra Tarahumara,
en especial aquella de los gobernadores indígenas Rarámuris que han sido el foco de
la atención mediática. Destaca que un dato consolador es la reacción solidaria que
la falsa noticia ha despertado: En medio de tantos problemas del país, hay personas
y grupos que se han interesado por quienes están en situación de vida o muerte. Esto
ya es algo grande y hermoso.
Nosotros, como Iglesia de Tarahumara, pensamos
que urge otro modelo de economía donde la ética esté presente y el hombre, especialmente
el que sufre, esté al centro. En esto estamos siendo desafiados como Iglesia. La solidaridad
ante cualquier emergencia es importante, pero también es necesaria la toma de consciencia
de las causas profundas de la situación para que no se repitan año tras año, y así
se vayan subsanando adecuadamente. (Patricia L. Jáuregui Romero - RV)
*
La gente de Tarahumara vive en las regiones alejadas del sierra Madre en el estado
mexicano de Chihuahua. También le llaman Raramuri (unos que funcionamiento) - ella
es renombrada por todo el mundo por su capacidad física magnífica funcione distancias
largas. Geográficamente, su territorio, antes de que vinieran los españoles, consistió
en el sierra Madre, extendiendo al sur a México central. El Tarahumara compartió la
cultura con el Huichol al sur (en el actual estado mexicano de Nayarit), con el Yaqui
en Sonora, con el Mayos y el Tepehuanes al sur y al sudoeste (en los estados actuales
de Durango y de Sinaloa), y al norte y al noreste con el Pimas, el Anazasi, el Guarojios,
y el Tepehuan, así como varias naciones de Apache, incluyendo el Toboso, el Mescalero,
el Chiricagua, el Chihuahua, y el Mesquiteros (en una gama que barre a la derecha
del norte al sureste). Vecinos anteriores al este y al sureste incluidos el Conchos
y el Julimes que fueron exterminados por los españoles conquistadores, y el Tigua,
que fue diezmado grandemente.
Puesto que México llegó a ser independiente
de España durante el período entre 1809 y 1821, el Tarahumara y muchos de estos vecinos
han permanecido en esta misma región. Sin embargo, con los siglos, la usurpación por
grupos más fuertes del derivado español (españoles, criollos, y mestizos) ha empujado
al Tarahumara a ir más lejos, actualmente pueblan el área de barrancas profundas y
montañas rocosas altas de la sierra Madre.
Cuando llueve, comen; si no, mueren
de hambre. El pescado es también una parte de su dieta, pero la contaminación y la
sequía han reducido grandemente esta fuente del alimento. Por seis años esta área
ha sido golpeada duramente por la sequía. Aproximadamente 60.000 Tarahumaras permanecen
de los doce millones estimados a la llegada de los españoles colonizadores. En 1975,
había aproximadamente 100.000. Esta disminución de la población desde 1975 es un resultado
directo del hambre, de la desnutrición, de la deshidratación, y de las enfermedades,
sobre todo tuberculosis, pero el incluir también, viruela, varicela, sarampión, y
los problemas gastrointestinales.
La presencia de la Misión Jesuita
en Tarahumara:
El Padre Pedro de Velasco, sj. escribe a partir de su experiencia
en la Sierra Tarahumara la situación de las comunidades rarámuri. Aquí el texto: Gracias
por la provocación, opino que es indignante:Primero, no se vale ni calumniar ni lucrar
con el dolor de las personas o los pueblos. Y menos, como parece que fue el caso,
por ganancias personales o por fama mediática. Los suicidios son una mentira; el pueblo
Rarámuri (Tarahumara) ha resistido ya cientos de años de opresión y despojo, de mortalidad
por desnutrición y enfermedades fácilmente curables como para huir de la vida por
la sequía y el hambre. En cambio, sí ha habido muertes por desnutrición, más pronto
que en otros añosSegundo, la situación de hambre es cierta y va a ser mucho más grave
los meses próximos con importantes consecuencias de desnutrición, enfermedades y mortalidad
infantil. Y no es porque no sepan comer, como dijo algún funcionario ignorante, sino
porque la deforestación, la erosión, las sequías y los despojos de tierra han destruido
el mundo de los Rarámuri y han hecho ineficaces sus medios tradicionales de supervivencia:
simplemente este año, para la mayoría no hay ni maíz, ni frijol de aquí a septiembre
(si llueve un poco).Tercero la reacción de solidaridad que esto ha despertado ha sido
sumamente consoladora: aun medio de tantos problemas todavía hay muchas personas y
grupos capaces de interesarse por quienes están en una situación de vida o muerte.
Sin embargo, esa solidaridad y ayuda puntuales –en este momento indispensables-, no
van a salvar a México (como se dice en algún artículo periodístico) ni siquiera a
los Rarámuri. Se requiere que caigamos en la cuenta de las causas profundas de esta
situación que hacen que se repita casi año con año y quye tratemos de subsanarlas.Contra
lo que se piensa y dice, la Sierra Tarahumara es una región riquísima, de ella se
han extraído y vendido por todo el mundo enormes riquezas: oro, plata, cobre…, madera
y ahora paisajes; la sierra alimenta con su agua buena parte de los cultivos de Sonora
y Sinaloa y con su oxígeno los estados de Chihuahua, Sonora, Texas y Nuevo México.
Esto ha enriquecido enormemente a gobiernos, empresas y personas varios de ellos extranjeros;
pero de todo eso los Rarámuri -dueños ancestrales de ese territorio-, no reciben más
que los efectos negativos: explotación de sus personas y trabajo en poquísimos empleos
o intercambios malpagados, limosnas miserables y una terrible destrucción social y
ecológica y aun la muerte. Además, mediante todo este despojo, los están obligando
a buscar otros medios de subsistencia como la emigración para trabajar lejos de sus
familias y tierras o la siembra de droga lo que acelera el círculo vicioso de destrucción
del tejido social, la salud, la cultura e incluso la ecología y de muchas vidas humanas,
especialmente de niños y jóvenes.Ojalá que, a pesar de la mentira, este escándalo
ayude a que tomemos conciencia de la situación no sólo de los Rarámuri sino de muchos
otros grupos indígenas del país. 03 de febrero de 2012 (PLJR - RV)