(RV).- "En defensa de la Vida", se titula la Declaración de la Conferencia Episcopal
de Honduras, del pasado día 25, en la que recuerdan con profundo dolor que han vivido
una nueva calamidad en el mundo carcelario que, en la granja penal de Comayagua, ha
provocado 360 víctimas mortales, además de la desesperación a sus familiares. Por
esta razón, los obispos hondureños piden a las autoridades correspondientes una completa
investigación de los hechos, y a la vez que se solidarizan con el comunicado del obispo
y el presbiterio de la Diócesis de Comayagua, piden “a las fuerzas vivas de la sociedad
hondureña para que, “unidos, exijamos a nuestras autoridades mejorar las condiciones
de reclusión y las medidas de seguridad humana en los centros penales, para salvaguardar
la integridad y la dignidad de los privados de libertad, y para que no se repita otra
vez tan lamentable tragedia que hoy enluta a tantas familias hondureñas y nos entristece
a todos”.
Los Obispos recuerdan que el problema de la violencia tiene, en Honduras,
una gravedad inusitada que les exige serias reflexiones y compromisos inspirados en
los valores del Reino de Dios, que es Reino de justicia, amor y paz. Mientras la agresividad,
que todos tenemos, es un dinamismo positivo que nos permite defendernos de peligros,
amenazas y ataques. “Pero una agresividad no educada o influenciada por modelos familiares
o sociales negativos, se traduce en actitudes de violencia”. “La violencia –escriben–
es, también, una reacción humana frente a ciertas agresiones. Y en este sentido, hay
razones serias para temer estallidos de violencia no sólo en la población carcelaria
sino en la población general de Honduras que se siente constantemente agredida por
aquellos miembros corruptos que están en el seno de las fuerzas de seguridad del Estado,
por las consecuencias de la impunidad, por la falta de respuestas de los poderes del
Estado a las demandas que son justas, por las promesas incumplidas y las políticas
partidarias y populistas que benefician a unos pocos pero disgustan a la mayoría”.
(María Fernanda Bernasconi – RV).