Martes, 10 ene (RV).- Detrás de los desplazamientos en busca de mejores condiciones
de vida hay, casi siempre, causas que no debemos ignorar, Benedicto XVI enumera algunas:
la amenaza de persecuciones, las guerras, la violencia, el hambre y las catástrofes
naturales. Todo ello origina problemas nuevos «no solo desde el punto de vista humano,
sino también ético, religioso y espiritual». Los Obispos españoles se unen al Mensaje
del Papa: Benedicto XVI
destacaba, en su denso discurso de comienzos de año a los miembros del Cuerpo Diplomático
que, desde el pasado diciembre, la Santa Sede ha reforzado su larga colaboración con
la Organización Internacional para las Migraciones, convirtiéndose en miembro de pleno
derecho. El Papa reiteró la importancia de medidas que tutelen la dignidad de todos
los que viven este fenómeno:
«Se trata de un testimonio del compromiso de la
Santa Sede y de la Iglesia católica, junto a la comunidad internacional, en la búsqueda
de soluciones adecuadas a este fenómeno que presenta múltiples aspectos, desde la
protección de la dignidad de las personas a la solicitud por el bien común de las
comunidades que los reciben y de aquellas de donde provienen».
Precisamente,
el próximo 15 de enero, como cada segundo domingo del Tiempo Ordinario, se celebra
la Jornada Mundial del Emigrante y del Refugiado y los Obispos españoles han hecho
público su Mensaje, que empieza evocando el de Benedicto XVI para este 2012, sobre
el tema «Migraciones y nueva evangelización».
«Queridos hermanos y hermanas
la acogida a los emigrantes y refugiados no es solo cuestión de solidaridad y de compartir,
es «una oportunidad providencial para renovar el anuncio del Evangelio en el mundo
contemporáneo». Lo escribe el Papa, señala la Comisión de Migraciones de la Conferencia
Episcopal Española, que con el Santo Padre hace hincapié en la Nueva Evangelización,
como respuesta pastoral al desafío de las migraciones. La tarea y la misión evangelizadora
se hacen cada vez más urgentes, debido a los cambios amplios y profundos de la sociedad
actual (cf. EN 14). Han sido estos cambios y esta urgencia los que han dado lugar
a que, primero el beato Juan Pablo II y, luego, Benedicto XVI, hayan impulsado con
tanto empeño la Nueva Evangelización.
Los obispos españoles alientan a una
colaboración por parte de todos para el establecimiento de unas leyes y una opinión
pública favorable a los inmigrantes desde una antropología basada en el respeto a
la dignidad de la persona humana. Trabajar por unas leyes justas en el país de acogida
ha de ir unido al empeño de que se promuevan políticas de desarrollo en los países
de origen. El compromiso por la verdad exige también desenmascarar las mafias que
abusan de los trabajadores inmigrantes. Como transportes hacia España, contratos abusivos,
trata y explotación de personas con fines de explotación sexual, los obispos españoles
añaden que la denuncia ha de extenderse también a todos aquellos que pretenden sacar
rentabilidad social y política del sufrimiento de los inmigrantes.
Inspirados
por el mensaje del Papa, desean que los marcos normativos para las regulación de las
migraciones sean fruto de un consenso lo más amplio posible; recuerdan y piden, a
la luz de la Doctrina Social de la Iglesia, de la tradición y la práctica pastoral
de esta en su labor de acompañamiento a los grupos más débiles de la sociedad, que
se garantice la atención religiosa adecuada, fluida, regularizada y permanente en
los centros de internamiento de emigrantes y refugiados, en donde no pocos ven una
excepcionalidad jurídica. Pero, mientras existan, confían en que sean utilizados de
modo excepcional, y que en todo caso se vele por las condiciones de vida de los internos
y reciban la asistencia y el apoyo previstos en la ley. Así como Potenciar la pastoral
juvenil con los inmigrantes, recogiendo el encargo del Santo Padre en la Jornada Mundial
de la Juventud.