2012-01-03 13:00:30

Clara Badano en Brasil, ejemplo de cómo se pueden vivir en la alegría los momentos difíciles


Martes, 3 ene (RV).- Clara “Luz” Badano, la joven de 18 años fallecida en 1990 en la localidad italiana de Sassello a causa de un tumor, es la protectora de los niños afectados por esta patología, huéspedes del hospital “Sarina Rolim Caracante” administrado por el “Grupo de investigación y asistencia en el ámbito del cáncer infantil” de Sorocaba, ciudad brasileña del Estado de San Pablo. Tal como ya lo había anunciado el año pasado Mons. Eduardo Benes de Sales Rodrigues, Arzobispo de Sorocaba durante su visita pastoral a este hospital en la vigilia de la ceremonia de beatificación de la joven Clara, que tuvo lugar en Roma el 25 de septiembre de 2011.

Ahora el Arzobispo de Sorocaba inauguró y consagró la pequeña capilla dedicada a Clara, a la que se accede directamente desde el pasillo que lleva a la sala operatoria. En su homilía, el Prelado se detuvo a considerar los últimos dos años de enfermedad de la joven beata, que fue sorprendida por un dolor agudo mientras jugaba. Y recordó que aquellos 25 minutos de lucha interior que vivió durante el anuncio del diagnóstico irrevocable se transormaron en un “sí” irrevocable, cuando dijo “si lo quieres tú, lo quiero también yo”. “Clara Badano —subrayó Mons. Benes de Sales Rodrigues— ha sido un ejemplo de cómo se pueden vivir en la alegría momentos tan difíciles que llevan al paso definitivo hacia el Padre”. Y manifestó su certeza de que “por intercesión de Clara Luz en esta estructura sanitaria habrá muchas gracias”.

Tal como lo destaca el periódico de la Santa Sede, “L’Osservatore Romano”, en este hospital brasileño hay 400 niños y adolescentes que sufren esta patología, mientras la estructura es la única especializada en tumores infantiles en esa región. Los pequeños huéspedes proceden de más de 40 ciudades y gozan de atención gratuita dado que suelen pertenecer a familias pobres. El hospital “Sarina Rolim Caracante” cuenta con el apoyo solidario de innumerables benefactores y también de las instituciones civiles. “Esta iniciativa ha sido un nuevo gesto que hace de este lugar de dolor un lugar de esperanza. Una esperanza que no permanece encerrada entre sus paredes”. (María Fernanda Bernasconi – RV).







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