2011: bello y positivo para la Iglesia, el balance del P. Lombardi
Jueves, 29 dic (RV).- También el 2011 ha sido un año muy intenso para Benedicto XVI.
Con nuestro Director General y Director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede,
el Padre Federico Lombardi, trazamos un primer balance de este año a partir de los
viajes internacionales, a través de la entrevista de Sergio Centofanti:
Es justo, porque
los viajes internacionales son siempre puntos de referencia, en la agenda del Papa
de un año. Quisiera iniciar recordando los dos viajes del centro del año, es decir
en Alemania y en España. El de Alemania, antes que nada porque expresa la preocupación
del Papa por hablar de Dios y de hacer referencia al primado de Dios en la sociedad,
también en vías de secularización de hoy, en el contexto europeo en particular, en
su País. Era un viaje esperado, intensísimo, extrañamente importante y creo que el
discurso del Papa al Parlamento en Berlín permanezca como uno de los grandes discursos
del Pontificado, haciendo comprender a un auditorio muy amplio la importancia de la
referencia a Dios como sólido fundamento y punto de referencia de la convivencia humana
de los valores fundamentales de la convivencia y de la tutela de la dignidad del hombre.
Este tema del primado de Dios ha dominado el viaje en Alemania, pero en el contexto
de la secularización. Mientras en España, en la Jornada Mundial de la Juventud, que
había precedido el viaje a Alemania, se dio la gran experiencia de la vitalidad de
la fe, de su futuro. El Papa ha nuevamente leído con mucha profundidad este viaje
a España en el último discurso que pronunció ante la Curia, poco antes de Navidad.
Y ha indicado, en sus reflexiones, que cosa anunciar y cómo anunciar para un modo
nuevo y vital de ser cristianos. Por lo tanto, de la Jornada Mundial de la Juventud
el Papa ha captado las indicaciones vivas para la nueva evangelización del mundo.
Por lo tanto mientras en Alemania me pareció una amonestación a conservar los valores
fundamentales de referencia en un tiempo, en un mundo que está en fase de secularización,
la Jornada Mundial de la Juventud y España han indicado el lado positivo de la presencia
anunciadora y viva de la Iglesa en el mundo de hoy.
En cuanto al viaje
a Benín, el P. Lombardi nos dijo:
Sí, el viaje
a Benín ha sido una de las grandes citas fundamentales de este año, también porque
coincidía con la presentación al Continente africano del documento final del Sínodo
para África. Un documento que es bellísimo, claro y sencillo. Diversos comentadores
–también no católicos- lo han indicado como uno de los más bellos documentos que existen,
hoy, para el Continente africano: tratando con amplitud de horizontes sus problemas,
e indicando confiadamente motivos de esperanza realista con la cual salir al encuentro
del futuro, reconociendo la dignidad de los africanos. Y este ha sido también el clima
en el que se desarrolló el viaje. El Papa ha quedado muy impresionado por la alegría,
la vitalidad de este pueblo que lo ha acogido. Un pueblo que vive en dificultad, que
es pobre, que tiene ciertamente sufrimientos y grandes problemas pero que manifiesta
una capacidad de mirar adelante y de saborear el gozo de vivir. Por lo tanto, este
viaje ha indicado muy eficazmente la capacidad de la Iglesia católica hoy de hablar
al Continente africano siendo parte, es decir una Iglesia no ajena a África: no que
habla para el África desde la Europa, sino que habla a África en África y desde África.
Este sentido de solidaridad, de acogida, de alegría, de participación que el Papa
ha vivido en medio de los africanos, ha expresado muy bien aquello que se manifiesta
en la impostación del documento. Por esto, diría que éste es uno de los grandes signos
de esperanza para el futuro de África y para el futuro de la Iglesia en África y de
su servicio para el Continente.
TEXTO CON LAS PREGUNTAS Y RESPUESTAS
SUCESIVAS EN LA ENTREVISTA A P. FEDERICO LOMBARDI S.J.:
P.- En Asís,
el Papa volvió a lanzar con fuerza el tema del diálogo…
R.- Sí. Este encuentro
de Asís era muy esperado. Sabemos que desde hace tiempo se dudaba si el Papa Benedicto
XVI habría retomado los mensajes de Asís de su predecesor, si no habría caminado
en reversa… En realidad, no ha sido una simple repetición de los encuentros del pasado
en Asís, sino que ha sido un paso hacia delante, la apertura de un nuevo horizonte,
porque el Papa ha captado –según su método de regresar a los puntos fundamentales-
el tema de la búsqueda de la verdad como unificante, y en esta ha podido invitar a
Asís no solo a los representantes de las otras confesiones cristianas o de las otras
religiones, sino también a los sinceros buscadores de la verdad, aun si no reconocen
a un Dios. Y este ha sido un elemento muy importante, que ha hecho sentir la comunión
que ya existe entre aquellos que se refieren a un Dios personal, pero ha hecho sentir
bien a quienes buscan –honestamente- la verdad. Y este ha sido un mensaje estrechamente
bello que se ha colocado en continuidad con el tema del “Patio de los Gentiles” que
el Papa había lanzado precedentemente y que viene realizado también con el compromiso
de la Iglesia. Por lo tanto, también si uno no mira solo las citas del Papa sino aquellas
eclesiales, el tema del “Patio de los Gentiles” con sus eventos ha sido uno de los
puntos importantes de la vida de la Iglesia en este año. También hago notar que el
Papa tuvo otros importantísimos momentos de carácter ecuménico e interreligioso: pensemos
en los encuentros con los luteranos en Alemania, centrados sobre el primado de Dios;
o pensemos en el gran discurso en Benín a las autoridades del País, en el que el tema
del diálogo interreligioso fue tocado con profundidad, muy directamente.
P.-
Entre los documentos del 2011 destaca el Motu Proprio “Porta fidei” con el que el
Papa ha convocado el Año de la Fe a partir de octubre de 2012: por lo tanto un tema
que se reconecta a la nueva evangelización. Aquí recordamos también la Misa para
América Latina…
R.- Sí, en efecto, en este año tenemos indicios que nos
hacen desde ahora mirar hacia adelante, hacia el próximo año. La Carta de indicción
del Año de la Fe es uno de estos: se relaciona a este gran tema, que es uno de los
temas del Pontificado –la nueva evangelización- y al Sínodo que tendrá lugar el próximo
año y entonces a este contexto también más amplio que el Papa quiere crear con el
tema del Año de la Fe. En tiempo breve nosotros tendremos también el texto preparado
por la Congregación para la Doctrina de la fe, con sugerencias pastorales para prepararnos
al Año de la Fe. Por lo tanto debemos ver un camino de preparación que tendrá además
un momento muy fuerte en el Sínodo del próximo otoño. También el otro evento que has
recordado –la Misa por el bicentenario de la independencia de los Países de América
Latina- ha sido relacionado por el Papa con su próximo viaje, con el anuncio esperado
y también extremamente emocionante de su deseo de viajar a Cuba y México en la primavera
próxima: será ciertamente una de las citas clave de los próximos meses.
P.-
Entre las visitas significativas, en cambio, podemos recordar aquella reciente a la
cárcel de Rebibbia…
R.- Sí. En el tiempo natalicio, cada año, el Papa realiza
visitas de solidaridad, visitas de caridad. También en los años pasados, hubo visitas
a los enfermos terminales, con los niños internados y otras. Este año ha sido la visita
a la cárcel, que fue muy importante y emocionante y también muy espontánea, con el
diálogo entre el Papa y los encarcelados, que ha impactado muy profundamente. Aquí
se ve el modo en que la Iglesia, también dejando a la sociedad civil todas las responsabilidades
de carácter legislativo, organizativo de problemas dramáticos como aquel de la justicia
y de la cárcel, pero puede dar un mensaje muy fuerte, muy vivo y profundo en el sentido
de la reconciliación, en el sentido de la esperanza de una reinserción también de
quien ha cometido faltas en la sociedad. Este es un punto del cual creo que el mundo
de hoy tenga extrema necesidad: ser invitado a recordar que también quien se equivoca
no debe ser marginado o eliminado de la sociedad, porque la verdadera y grande justicia
se cumple cuando el mal es superado en la reconciliación, en el regreso pleno a la
convivencia pacífica de todos aquellos que se han equivocado y que se han visto excluidos.
P.- Hubo, además, en 2011 un evento particular: la conexión con la Estación
espacial internacional: el Papa habló con los astronautas…
R.- Sí,
este es un evento en el que he participado con mucha intensidad porque tuve una buena
parte de la responsabilidad –también técnica- para su realización, y he quedado impresionado
cuan deseosos estaban los astronautas de encontrarse con el Papa. Prácticamente ha
sido la única vez en la que todos los astronautas han participado juntos –eran 12-
en una conexión audiovisual con la Tierra. Por lo general, habla uno con su presidente:
esta vez eran todos que querían hablar con el Papa, verlo y escucharlo. Y ha sido
una ocasión extraordinaria con la cual el Papa ha demostrado con gran alegría y disponibilidad
la amistad de la Iglesia por la investigación científica y técnica puesta a disposición
para el bien de la humanidad: este es el gran significado de este encuentro. Y es:
la Iglesia no tiene miedo de la investigación y del progreso de la ciencia y de la
técnica, la ve con gran simpatía, recordando, sin embargo, que esta debe estar dirigida
hacia el bien de la humanidad. Y los astronautas lo comprendían muy bien: sienten
mucho también este mensaje. Y por lo tanto diría que fue un evento que no debe ser
infravalorado en su significado.
P.- El primero de mayo pasado tuvo
lugar el gran evento de la Beatificación de Juan Pablo II…
R.- Los
primeros meses del año pasado estuvieron catalizados por la espera de este evento
extremadamente importante, porque llamaba a la movilización de la Iglesia universal.
Diría que fue un evento vivido con grandísimo gozo, que ha expresado la fe de la Iglesia
en la vida del Beato con nosotros, significa que Juan Pablo II se manifiesta verdaderamente
una persona viva y presente para en el camino de la Iglesia. Esto es sentido, vivido
espontáneamente por una enorme cantidad de fieles, que luego vienen también a visitarlo
–simbólicamente- visitando su tumba en San Pedro, y esta es una cosa que continúa,
porque Juan Pablo II seguirá estando presente, es decir, la Beatificación no es un
punto de llegada sino que en un cierto sentido es la etapa de un camino: muchos miran
ya a la canonización pensando que naturalmente se llegará a ella. Muchos, también
independientemente de esto, sienten la relación con él como extremadamente consoladora,
orientadora, entusiasmante... Y aquí quisiera recordar que Papa Benedicto nos invita
siempre a sentir a los Santos y los beatos como acompañadores en el camino de nuestra
vida en la fe hacia el Señor.
P.- En fin, el Papa ha continuado a desempeñar
su papel de catequista en el Ángelus y en las audiencias generales, y no olvidemos
el segundo volumen de “Jesús de Nazaret”…
R.- Benedicto XVI es una persona
que vive profundamente su vocación de maestro y de maestro no solamente teológico
sino también espiritual. Yo admiro siempre inmensamente esta síntesis de doctrina
y espiritualidad vivida, que se siente en sus palabras y se lee en sus escritos. Enseña
con el Ángelus, con las audiencias, ahora ha tomado este ciclo sobre la oración que
es muy útil también para nuestra vida espiritual; enseña con homilías maravillosas
en las grandes fiestas cristianas, y – para quien tiene deseo de profundizar más-
ha dado también un paso ulterior en la realización de esta gran obra sobre Jesús que
él quiere dejarnos, verdaderamente como testamento de su amor por Cristo, de su amor
personal, de su búsqueda personal del rostro de Cristo. El libro de este año es aquel
dedicado a la Pasión y a la Resurrección: evidentemente el volumen central de la gran
obra. Pero nosotros seguimos aguardando y esperando de tener también el tercero, aquel
sobre la infancia, como completamiento de esta presentación extraordinaria, profunda,
viva de Jesús por nosotros, hoy.
P.- Padre Lombardi, un balance muy
intenso, este del 2011…
R.- Pues sí… como todos los años de cada Pontificado,
evidentemente, porque la Iglesia vive, vive en los diversos Continentes, con perspectivas
amplísimas, afrontando problemas que la historia nos plantea… Diría que el Papa Benedicto
XVI verdaderamente nos ha acompañado y nos ha guiado, en este año, con grandísimos
mensajes, con una intensidad de acción y también con serenidad. Diría que tal vez
respecto a los años pasados, que han sido también un poco sacudidos por fenómenos
de crisis o de tensión, este año ha sido un año muy bello, positivo, de grandes mensajes
que nos hacen mirar hacia delante.