La Iglesia en Mauricio: “A la luz de las injusticias sufridas por los descendientes
de los esclavos”
Sábado, 10 dic (RV). – (Audio) La Iglesia en la
Isla de la República de Mauricio, país insular ubicado al suroeste de océano Indico,
a 900 kilómetros de las costas orientales de Madagascar, anunció que está preparada
para participar en el proceso nacional de perdón por la esclavitud abriendo sus propios
archivos a la Comisión “Justicia y verdad” encargada de evaluar las consecuencias
de la esclavitud y de la explotación de los de trabajadores a partir de la época colonial
hasta nuestros días. En una nota difundida por Mons. Maurice Piat, obispo de Port-Louis
se destaca que es importante saber la verdad para restablecer la justicia porque en
pasado, grupos de hombres se vieron ofendidos de modo grave. Asimismo ha reiterado
que las consecuencias de dichas ofensas todavía hoy existen. Mons. Piat escribe que
si en pasado se pensó que el olvido y el silencio podía dar alivio, ahora es a través
de la palabra libre que la verdad se materializa y conduce a la sanación.
El
Prelado responde a cuanto fue solicitado por la Comisión “Justicia y verdad” que lanzó
un llamamiento cuando pidió “a la luz de las injusticias sufridas por los descendientes
de los esclavos y de los trabajadores en condición de semi esclavitud, que instituciones
como la Iglesia católica, presenten sus disculpas oficiales”. Según una nota se considera
que la Iglesia local entre los años 1722 y 1835, no protestó contra el denominado
“Código Negro” vigente en la legislación en vigor en aquellos años y que consideraba
que los esclavos eran objetos y los obligaba a convertirse al catolicismo, que era
la religión del Estado. Al respecto Mons. Piat, obispo de Port-Louis en la República
de Mauricio destaca en su mensaje que “en la tradición de la Iglesia existe el reconocer
los errores cometidos en el curso de la historia, pedir perdón y buscar un camino
de reparación. Recuerda, además, el gesto de de Juan Pablo II en el Jubileo del año
2000, así como su discurso pronunciado en 1992 cuando visitó Senegal, reconociendo
los terribles sufrimientos infligidos por la esclavitud cuando pidió que fuera confesado
“con verdad y humildad este pecado del hombre contra el hombre y del hombre contra
Dios”.
El obispo de Port-Louis, en más de una ocasión, se ha pronunciado sobre
este tema definiendo la esclavitud como “una terrible ofensa cometida contra hermanos
y hermanas; una ofensa que también es un pecado contra Dios”. Recuerda sin embargo
el trabajo realizado a partir de 1841 por el sacerdote, misionero y médico francés
Jacques Désiré Laval de la sociedad del Santo-Corazón de María fundada por el Padre
François Libermann conocido como el “Apóstol de los negros” que abrió las puertas
de la Iglesia a los criollos y a los descendientes de los esclavos en Mauricio.
Numerosas
también las iniciativas que la Iglesia actualmente está emprendiendo mediante instituciones
como Caritas, escuelas y parroquias para realizar un camino de reparación hacia criollos
y descendientes de los esclavos. En su mensaje el obispo de Port-Louis recuerda que
“un camino de liberación y de esperanza ha sido abierto” pero que “el recorrido de
la reparación es todavía muy largo”, y por esta razón invita a los fieles a “definir
un nuevo contrato social para que cada ciudadano de la República de Mauricio venga
reconocido y respetado en su dignidad y en sus derechos”. Patricia L. Jáuregui
Romero