jesuita Guillermo Ortiz Jueves, 8 dic (RV).- Todo verdadero “artista”
tiene su obra maestra. ¿Cuál es la “obra maestra” del Artista con mayúscula? La
obra maestra del Creador es fruto del diálogo con un ser humano. Porque lo más grande
de la creación es el ser humano, que puede pensar, elegir, decidir, amar, como Dios
mismo. Después de siglos de intentos, por no decir ensayos –dado que Dios no tira
los borradores a la basura como otros artistas-; después de tanto tiempo de buscar
una rendija en el corazón humano clausurado al otro -como la puerta de un negocio
que terminó fraudulento-, el Artista divino encuentra en Nazaret una joven hermosa,
ungida en el cuerpo y el alma de inviolada esperanza; pudorosamente abierta a la potencia
fecunda del Misterio. El gran Artista la esposa y la hace Madre de Jesús; del Amor
hermoso que recrea el mundo masacrado desde los corazones que se abren y responden
¡Si!, como Ella. La liturgia invita: “canten al Señor un canto nuevo, porque hizo
maravillas”: En la inmensa creación agonizante, corrompida, devastada, brota un retoño
fiel a su “si” al amor y a la vida, que florece y da un Fruto que transforma el mundo
con la semilla nueva del Amor santo. Esta es la obra maestra de Dios, que podría
llamarse “Victoria”, porque es el triunfo del diálogo amoroso que alcanza la plena
comunión entre Dios y el ser humano, pero se llama solamente “María”; María de Nazaret,
la Madre de Jesús y de toda nuestra familia. ¡Gracias Madre querida!