El Papa reitera esfuerzos de la Iglesia contra el abuso sexual
Sábado, 26 nov. (RV).- Benedicto XVI al recibir, esta mañana, al primer grupo de obispos
de Estados Unidos que inician su visita ad límina apostolorum abrió su discurso recordando
que su viaje pastoral a esa nación en 2008, tenía como fin animar a los católicos
ante el escándalo y desorientación causada por la crisis de abuso sexual de las últimas
décadas. “Quería- recalcó el Papa- reconocer personalmente el sufrimiento infligido
a las víctimas y los honestos esfuerzos para garantizar la seguridad de nuestros niños
y tratar de manera adecuada y trasparente las denuncias que pudieran surgir”.
“Espero que los
esfuerzos de conciencia de la iglesia para hacer frente a esta realidad ayuden a la
comunidad en general a reconocer las causas, la verdadera magnitud y las consecuencias
devastadoras del abuso sexual y responder con eficacia a este flagelo que afecta a
todos los niveles de la sociedad. Por la misma razón, al igual que la iglesia justamente
ha implementado exigentes normas en este sentido, todas las demás instituciones, sin
excepción, deben hacerlo al mismo nivel”.
El Santo Padre subrayó que un
segundo propósito de esta visita Pastoral fue el de convocar a la iglesia estadounidense
a examinar, bajo la óptica social y religiosa, los cambio radicales, la urgencia y
la necesidad de una nueva evangelización. En este sentido, el Papa compartió la preocupación
de los pastores por los grandes desafíos que presenta una sociedad cada vez más secularizada
para ofrecer un testimonio cristiano coherente. Sin embargo, el Papa subrayó que no
deja de ser significativa la creciente preocupación de tantos hombres y mujeres, independientemente
de sus posturas religiosas o políticas por el futuro de nuestras sociedades democráticas.
Ellos ven con preocupación
una crisis de los fundamentos intelectuales, culturales y morales de la vida social,
y un creciente sentimiento de desarraigo e inseguridad, especialmente entre los jóvenes,
frente a los grandes cambios sociales. Pese a los intentos por acallar la voz de la
Iglesia en la vida pública, muchas personas de buena voluntad siguen buscando su sabiduría,
inteligencia y una buena orientación en medio de esta profunda crisis. El momento
actual puede ser visto en términos positivos, como un llamado a ejercer la dimensión
profética de su ministerio episcopal al hablar, con humildad, pero con insistencia,
en defensa de la verdad moral, y ofrecer una palabra de esperanza, capaz de abrir
los corazones y las mentes a la verdad que nos hace libres.
No obstante,
Benedicto XVI advirtió que no se pueden subestimar los grandes desafíos que se presentan
a la iglesia de Estados Unidos, como los obstáculos a la fe y práctica cristiana que
plantea una cultura secularizada y que afecta a los creyentes, al punto de conducirlos
a veces a una "deserción silenciosa". “Inmersos en esta cultura –lamentó el Papa-los
creyentes cotidianamente son acosados por las objeciones, las preguntas inquietantes
y el cinismo de una sociedad que parece haber perdido sus raíces en un mundo en el
que el amor de Dios se ha enfriado en los corazones de muchos”.
Ante este
panorama el Papa recordó a los obispos que la evangelización no es una tarea dirigida
hacia el exterior. “Nosotros mismos – reconoció el Pontífice- somos los primeros que
necesitamos una re-evangelización. Es decir, al igual que todas las crisis espirituales,
ya sea de individuos o comunidades, sabemos que la respuesta definitiva sólo puede
nacer de una búsqueda crítica, una autoevaluación permanente y la conversión a la
luz de la verdad de Cristo. Sólo a través de la renovación interior seremos capaces
de discernir y satisfacer las necesidades espirituales de nuestra época con la verdad
eterna del Evangelio.
Benedicto XVI antes de concluir su discurso se refirió
a algunos temas pastorales, recalcando la importancia de la liturgia, la catequesis,
la vocación específica de los laicos, así como la importancia de la revisión del Misal
Romano que está realizando la conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos.
Y tras encomendar a la comunidad católica del país a la intercesión de María Inmaculada,
patrona de los Estados Unidos, el Papa les impartió su bendición apostólica como
prenda de sabiduría, fortaleza y paz en el Señor. RV-ATD