La esperanza, clave de un nuevo lanzamiento del continente africano
Lunes, 21 nov (RV).- La esperanza cristiana es el corazón del mensaje que Benedicto
XVI deja en Benín, para que ilumine todo el continente africano y se propague en todo
el mundo. Al concluir esta peregrinación pontificia, el director de la Oficina de
Prensa de la Santa Sede y de nuestra emisora, P. Federico Lombardi, respondió a algunas
preguntas de nuestros enviados. Empezando por el mensaje del Papa:
«La esperanza es la
clave de un nuevo ‘lanzamiento’ del continente africano hacia el futuro. Éste es el
mensaje del viaje del Papa a Benín y el mensaje de la Exhortación apostólica postsinodal
‘Africae munus’. Creo que es el verdadero punto que no hay que perder: estamos demasiado
acostumbrados – en los otros continentes y en todo el mundo – a ver sólo los aspectos
negativos - que los hay – como los conflictos, los sufrimientos, las enfermedades...
Pero no hay que olvidar los aspectos positivos. Hay que impulsar los grandes recursos
que existen, liberándolos para que puedan despegar y manifestarse. Con el buen gobierno,
la educación, la ayuda al desarrollo y el anuncio de la esperanza cristiana. Creo
que los africanos, sin necesidad de tantos discurso, han comprendido muy bien este
mensaje de esperanza y su alegría al acoger al Papa lo ha manifestado».
Ahora,
se puede decir, que esta visita de Benedicto XVI se seguirá proyectando en el futuro:
«Sí: el Papa lo dijo
al final de la Misa, entregando la Exhortación postsinodal a los presidentes de la
conferencias episcopales. Ahora, en cierto sentido, esa entrega cierra el camino de
preparación, de la celebración del Sínodo y de la recopilación y síntesis de los resultados
de la Asamblea sinodal. Y se abre, se pone en marcha, el camino de asimilación y puesta
en práctica. Creo que el documento se presta muy bien a ello, pues tiene diversas
sugerencias concretas para la pastoral de la Iglesia, en diversos campos de apostolado
y experiencia. Con iniciativas concretas a corto plazo: un Año de la Reconciliación,
Jornadas y semanas de reconciliación, organizadas en ámbito local por las Conferencias
episcopales. Por lo que el camino se mantiene vivo y no se debe interrumpir ahora.
Aún no se llegó a la meta. Es un punto de partida.
Entre los momentos simbólicos
de este viaje apostólico de Benedicto XVI quedarán, quizás, el encuentro con las autoridades
políticas y el encuentro con los niños, que son las primeras víctimas del mal gobierno
y al mismo tiempo la esperanza para el porvenir:
«Yo también tuve la
impresión de que los momentos simbólicos, que quedarán grabados en la mente – además
de la gran fiesta eucarística final, de la Misa tan festiva con los representantes
de todas las Conferencias episcopales – fueron el discurso a los gobernantes, a los
responsables de la sociedad, y el encuentro con los niños, que, en cierto sentido
son los responsables del futuro. El Papa dice: ‘no privéis a vuestro pueblo de su
esperanza y su futuro’. Los niños son el futuro concreto que ya está empezando, con
las dificultades que hay, que pueden ser víctimas de injusticias, enfermedades y pobreza...
Que son el tesoro que – amado y cuidado – puede dar una riqueza de recursos humanos
y espirituales extraordinarios, de los que depende el futuro de África. En fin, dos
imágenes significativas: el Papa habla con firmeza a los responsables y el Papa que
acoge con gran amor y ternura a los niños, que son el mañana que hay que ayudar a
florecer. Espero que todos perciban algo que, por otra parte se vio de forma evidente,
en las imágenes del encuentro del Papa con los niños. Imágenes que, a través de los
ojos, llegan directamente al corazón y que espero que todos hayan podido captar».
(MFB-RV).