Sábado, 19 nov (RV).- Que sea una Buena Noticia para el mundo pidió el Sucesor de
Pedro en Benín, a todo el continente Africano. «África... ¡ten confianza en Dios!
África Buena Nueva para la Iglesia, ¡sélo para todo el mundo!» Benedicto XVI hizo
resonar sus palabras de esperanza, en la Catedral de la Inmaculada Concepción de Ouidah
- la primera de África Occidental – donde, poco después de este mediodía, firmó la
Exhortación Apostólica, con la que ha concluido la Segunda Asamblea especial para
África del Sínodo de los Obispos, como destacó el Papa, antes de este solemne momento,
en una alocución en inglés, francés y portugués. Éstas eran sus palabras en inglés:
Hoy, con la firma
de la Exhortación Africae munus, se concluye la celebración del acontecimiento Sinodal.
Este ha movilizado a la Iglesia católica en África, que ha rezado, reflexionado y
debatido sobre el tema de la reconciliación, la justicia y la paz. En este proceso,
ha habido una singular cercanía entre el Sucesor de Pedro y las Iglesias particulares
en África. Obispos, y también expertos, auditores, invitados especiales y delegados
fraternos, llegaron a Roma para celebrar este importante acontecimiento eclesial.
Había ido a Yaoundé para entregar el Instrumentum laboris de la Asamblea sinodal a
los Presidentes de las Conferencias Episcopales, y manifestar mi solicitud por todos
los pueblos del continente africano y sus islas. Ahora tengo la alegría de regresar
a África, y particularmente a Benin, para entregar el documento final de los trabajos,
en el que se recoge la reflexión de los Padres sinodales, para presentar una visión
sintética con diversos aspectos pastorales.
Tras destacar que la Segunda
Asamblea especial para África del Sínodo de los Obispos se benefició de la Exhortación
apostólica postsinodal Ecclesia in Africa del beato Juan Pablo II, en la que se subrayó
con fuerza la urgencia de la evangelización del continente, que no puede separarse
de la promoción humana, Benedicto XVI subrayó el concepto de Iglesia-Familia de Dios,
que ha producido muchos frutos espirituales para la Iglesia católica y para el trabajo
de evangelización y promoción humana, para la sociedad africana en su conjunto.
En
efecto, la Iglesia está llamada a descubrirse cada vez más como una familia, reiteró
el Papa – en sus palabras en francés - añadiendo luego que para los cristianos, se
trata de la comunidad de los creyentes que alaba a Dios uno y trino, celebra los grandes
misterios de nuestra fe y anima con la caridad la relación entre personas, grupos
y naciones, más allá de las diversidades étnicas, culturales y religiosas:
«En este servicio
que presta a cada uno, la Iglesia está abierta a la colaboración con todos los sectores
de la sociedad, especialmente con los representantes de las Iglesias y Comunidades
eclesiales que aún no están en plena comunión con la Iglesia católica, así como con
representantes de las religiones no cristianas, especialmente los de las religiones
tradicionales y del Islam. La Porte du Non-retour y la del Perdón nos recuerdan este
deber y nos impulsan a denunciar y combatir toda forma de esclavitud».
Con
Cristo, señal e instrumento de la íntima unión con Dios y de la unidad de todo el
género humano. Una vez más, el Santo Padre recordó el apostolado de la Iglesia universal
en la promoción de la reconciliación, la justicia y la paz:
«Estos son puntos
importantes para el mundo en general, pero adquieren una actualidad muy especial en
África. Baste recordar las tensiones, violencia, guerras, injusticias, abusos de todo
tipo, nuevos y viejos, que han marcado este año. El tema principal se refería a la
reconciliación con Dios y con el prójimo. Una Iglesia reconciliada en su interior
y entre sus miembros puede convertirse en signo profético de reconciliación en el
ámbito social, de cada país y de todo el continente».
Al concluir
su discurso, invitando a África a testimoniar al mundo la Buena Noticia, afianzados
en la esperanza cristiana, en sus palabras en portugués, Benedicto XVI renovó su aliento
y exhortación a no desfallecer, ante las dificultades y desafíos:
«Jamás se ha de
abandonar la búsqueda de caminos para la paz. La paz es uno de los bienes más preciosos.
Para lograrla, hay que tener la valentía de la reconciliación que viene del perdón,
del deseo de recomenzar la vida en común, de la visión solidaria del futuro, de la
perseverancia para superar las dificultades. Reconciliados y en paz con Dios y el
prójimo, los hombres pueden trabajar por una mayor justicia en la sociedad. No se
ha de olvidar que la primera justicia, según el Evangelio, es hacer la voluntad de
Dios. De esta opción de base provienen innumerables iniciativas tendentes a promover
la justicia en África, y el bien de todos los habitantes del continente, sobre todo
de aquellos más desamparados y que necesitan empleo, escuelas y hospitales. África,
tierra de un nuevo Pentecostés, ¡ten confianza en Dios! Animada por el Espíritu de
Jesucristo resucitado, hazte la gran familia de Dios, generosa con todos tus hijos
e hijas, artífices de reconciliación, de paz y de justicia. África, Buena Nueva para
la Iglesia, ¡sélo para todo el mundo!»
Palabras del Papa en española
luego de firmar la Exhortación Apostólica
Señores Cardenales, Queridos
hermanos en el episcopado y en el sacerdocio, Queridos hermanos y hermanas,
Agradezco
vivamente al Secretario General del Sínodo de los Obispos, Monseñor Nikola Eterović
por sus palabras de bienvenida y presentación, así como a todos los miembros del Consejo
Especial para África, que han contribuido a reunir los resultados de la Asamblea
sinodal con vistas a la publicación de la Exhortación apostólica postsinodal.
Hoy,
con la firma de la Exhortación Africae munus, se concluye la celebración del acontecimiento
Sinodal. Este ha movilizado a la Iglesia católica en África, que ha rezado, reflexionado
y debatido sobre el tema de la reconciliación, la justicia y la paz. En este proceso,
ha habido una singular cercanía entre el Sucesor de Pedro y las Iglesias particulares
en África. Obispos, y también expertos, auditores, invitados especiales y delegados
fraternos, llegaron a Roma para celebrar este importante acontecimiento eclesial.
Había ido a Yaoundé para entregar el Instrumentum laboris de la Asamblea sinodal a
los Presidentes de las Conferencias Episcopales, y manifestar mi solicitud por todos
los pueblos del continente africano y sus islas. Ahora tengo la alegría de regresar
a África, y particularmente a Benin, para entregar el documento final de los trabajos,
en el que se recoge la reflexión de los Padres sinodales, para presentar una visión
sintética con diversos aspectos pastorales.