2011-11-18 13:25:53

De puerto de esclavos a puerta de entrada del Evangelio


Viernes, 18 nov (RV) La etapa de mañana, en Ouidah, donde Benedicto XVI firmará la exhortación postsinodal, está marcada también por la historia. Con la difusión del Evangelio, a partir de 1861, esta ciudad, conocida tristemente por ser uno de los principales centros de venta y embarque de esclavos, se vuelve - gracias a la difusión del Evangelio - ‘faro de los valores cristianos’ y ‘puerta de entrada de la Luz de Cristo’:

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Benín está situada en el Golfo de Guinea, en la llamada “costa de los esclavos”, tristemente famosa por la trata en los tiempos coloniales.
Y Ouidah, una ciudad situada en el departamento “atlantique” de Benín, era el puerto desde donde salían los esclavos capturados por la fuerza en toda la región de África Occidental.
Desde esta ciudad, cuentan las crónicas históricas, se embarcaron hacia América Latina, especialmente hacia Brasil, millones de habitantes de toda África.
En el siglo XVIII se calcula que de Ouidah partían cada año entre 15 y 20 mil esclavos.
En el llamado barrio brasileño de la ciudad se encuentra la Casa del virrey donde los hombres y mujeres venían comprados y marcados, como si fueran animales, con el hierro ardiente.
Encadenados, en la plaza Cha Cha daban varias vueltas en torno al “Árbol del olvido”. Era una manera de cancelar en sus mentes el camino que les había traído hasta allí y hacerles olvidar la cruda realidad.

También en un ritual de excomunión se les privaba de la iniciación al Vudú. La palabra Vudú proviene de la lengua fon, hablada en el sur de Benin y significa “genio”, “espíritu protector”. De las costas de Guinea este antiguo culto ha pasado, llevado por los esclavos, a Haití, las islas del Caribe y Brasil. Considerado como rito de posesión y éxtasis colectivo, estudios más recientes han conferido a este culto la dignidad de religión tradicional africana.

Luego, los esclavos eran conducidos a la Casa Obscura en el barrio Zomai donde venían hacinados, encadenados y estaban sin luz durante semanas, mantenidos en condiciones infrahumanas en espera de que llegaran las naves negreras.

Cuando llegaba el momento los prisioneros africanos vendidos como mano de fuerza venían conducidos a los largo de la llamada Route des esclaves, el camino de los esclavos que los llevaba hasta el mar. Allí en el puerto de Ouidh eran embarcados como si de materia prima se tratara. En el punto donde embarcaban hoy existe un mausoleo llamado “Puerta del no retorno”, erigida para no olvidar nunca la trata de esclavos.

ER








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