2011-10-19 18:28:34

Benedicto XVI inaugura la Domus Australia


Miércoles, 19 oct (RV).- Benedicto XVI rezó esta tarde para que los peregrinos que pasen por la Casa de acogida de los peregrinos australianos puedan regresar a sus hogares “con una fe más firme, una esperanza más jubilosa y un amor más ardiente por el Señor, dispuestos a comprometerse, con ardor renovado, en la misión de testimoniar a Cristo en el mundo en el que viven y trabajan”. Fue el deseo del Santo Padre inaugurando esta tarde la Domus Australia, un centro dedicado a los peregrinos australianos que visitan Roma.

“Muchas generaciones de peregrinos han llegado a Roma procedentes de todas partes del mundo cristiano, con el fin de venerar las tumbas de los santos Apóstoles Pedro y Pablo, y profundizar en su comunión con la Iglesia de Cristo, fundada sobre los apóstoles. De esta forma fortalecen las raíces de su fe; y las raíces, como sabemos, son la fuente de la vida en la que se apoya. En ese sentido, los peregrinos a Roma siempre se sentirán a gusto aquí, y la Domus Australia jugará un papel importante en la creación de un hogar para peregrinos australianos, en la ciudad de los Apóstoles”.

No obstante el Santo Padre recordó que “las raíces son sólo una parte de la historia” y citando al gran poeta alemán Johann Wolfgang von Goethe, el Papa subrayó que “hay dos cosas que los niños deben recibir de sus padres: raíces y alas”, de igual forma que “de nuestra santa Madre, la Iglesia, también nosotros recibir raíces y alas”.

El Pontífice manifestó su gratitud por participar en esta inauguración, y extendió este agradecimiento a la calurosa hospitalidad con que fue obsequiado en su visita a Australia en 2008 con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud. En esta ocasión Benedicto XVI quiso aprovechar esta ocasión que le permite corresponder dando la bienvenida a los peregrinos australianos a Roma.

“También me complace saludar a todos los habitantes de Australia y agradecer el apoyo y la asistencia de muchos de ellos han prestado a este proyecto que, junto con vuestra nueva embajada, ha traído un pequeño rincón de Australia a la antigua ciudad de Roma. ¡Que la Domus pueda ser bendecida con el paso de muchos peregrinos!”

El Papa recordó también que precisamente hace un año, el primer santo australiano, Mary MacKillop, fue elevada al honor de los altares, y aprovechó la ocasión para rezar a la nueva santa para que “continúe inspirando a muchos australianos a seguir sus huelas y una vida de santidad, al servicio de Dios y el prójimo”.

“El evento de esta tarde nos habla con elocuencia de los frutos de los esfuerzos misioneros de la Iglesia, gracias a los que el Evangelio se ha extendido a las regiones más lejanas del mundo, ha echado raíces y ha dado origen a la vida de una comunidad cristiana floreciente. Al igual que todas las comunidades cristianas, la Iglesia en Australia es consciente de participar en un viaje cuyo destino final está más allá de este mundo”.

De hecho, como insistió en este sentido el Santo Padre, “nuestra vida terrenal transcurre en el camino hacia esa meta final”. Aquí en la tierra, la larga tradición de la Iglesia de peregrinación a los lugares santos nos recuerda que estamos de regreso a casa, vuelve a recordarnos la llamada a la santidad, que nos acerca cada vez más al Señor y nos fortalece con el alimento espiritual para el viaje.







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