Huellas de fe impresas en la tradición del Pueblo italiano
Viernes, 14 oct (RV).- El encuentro celebrado este mediodía por el Papa con 200 Prefectos
de diversas regiones de Italia encabezados por el Ministro del Interior Roberto Maroni,
se coloca en el 150 aniversario de la Unidad de Italia, tal como lo recordó Benedicto
XVI, declarándose conocedor de la importancia que tiene la función de la figura del
prefecto en la articulación de este Estado.
Los participantes reunidos en
la Sala Clementina del Vaticano, eran provienenientes de toda la Península italiana
donde “son innumerables los testimonios de la presencia del Cristianismo, que en el
curso de los siglos ha fecundado –dijo el Papa- la cultura italiana, suscitando una
civilización rica de valores universales”. Fue así que el Sucesor de Pedro aludió
a las raíces cristianas de Italia. (Audio)
En todas
partes, en efecto, se pueden observar las huellas que la fe cristiana ha dejado impresas
en la tradición del pueblo italiano, dando vida a nobles y arraigadas tradiciones
religiosas y culturales y a un patrimonio artístico único en el mundo.- Portadora
de un mensaje de salvación válido para el hombre de todos los tiempos, la Iglesia
católica está bien arraigada y operante, en modo capilar, en el territorio italiano.
Es una realidad viva y vivificante, como la levadura de la que habla el Evangelio.
Una presencia significativa, caracterizada por la proximidad con la gente, para conocer
las necesidades profundas en la lógica de la disponibilidad al servicio. Tantas son
las exigencias y las expectativas a las que deben corresponder el anuncio del Evangelio
y las iniciativas de la solidaridad fraterna.
Su Santidad recordó que cuanto
más urgentes son las necesidades cuanto más la presencia de la Iglesia se esfuerza
por ser solícita y rica de frutos. Citamos: “Respetuosa de las legítimas autonomías
y competencias, la Comunidad eclesial considera su preciso mandato el dirigirse al
hombre en cada contexto, en la vida cultural, del trabajo, de los servicios, tiempo
libre. Consciente de que todos dependemos de todos, como escribió el beato Juan Pablo
II, la Iglesia desea construir junto a los demás sujetos institucionales y las varias
realidades territoriales, una sólida plataforma de virtudes morales sobre la cual
construir una convivencia a la medida del hombre". (Audio)
En esta
su misión, la Iglesia sabe de poder contar con la colaboración activa y cordial de
los Prefectos, que desarrollan funciones de impulso y de cohesión social así como
de garantía de los derechos civiles, constituyendo un importante punto de referencia
para las varias componentes territoriales. Al respecto al subrayar con vivo complacimiento
las relaciones de estrecha cercanía y de ventajosa cooperación que las Prefecturas
mantienen con las Diócesis y las parroquias, deseo alentar a cada uno a proseguir
en el surco de este mutuo entendimiento en el interés de los ciudadanos y del bien
común.
Benedicto XVI se dirigió a los Prefectos italianos subrayando el
modo en que se esfuerzan por cumplir el alto y calificado servicio a la Nación, con
“sincera dedicación a las Instituciones y al mismo tiempo, con atención a las exigencias
de los entes locales y a las diversas problemáticas empresariales, familiares y personales”.
Recordó también que la figura del Prefecto, del gobernador, es cada vez más, percibida
por la opinión pública como punto de referencia territorial para la solución de los
problemas sociales y como instancia de mediación y de garantía de los servicios públicos
esenciales. Fue por ello que el Papa los exhorto: (Audio)
En su responsabilidad,
a nivel provincial, sobre el orden y la seguridad pública, ustedes son referencia
unitaria y principales promotores así como garantes del criterio de leal colaboración
en un sistema plural. Por esto, no se olviden de que la Administración Pública, a
cualquier nivel, como instrumento del Estado, tiene como finalidad el servicio a los
ciudadanos… “El papel de quien trabaja en la administración pública no ha de concebirse
como algo impersonal y burocrático, sino como una ayuda solícita al ciudadano, ejercitada
con espíritu de servicio”.
Sobre la delicada actividad que realizan el
Papa enfatizó que su papel institucional constituye casi un presidio para las categorías
más débiles, y se hace aún más complejo y gravoso por las circunstancias de incertidumbre
social y económica. Por este motivo los invitó a no desalentarse ante las dificultades
y las incomprensiones, y a estar siempre preparados para tratar las cuestiones que
les son confiadas con gran sentido del deber y con prudencia, de modo que no falten
en la verdad y al valor de la defensa de los bienes supremos.
Benedicto XVI
también se refirió al patrono de los Prefectos, San Ambrosio, quien al improviso fue
llamado al Episcopado y tuvo que abandonar una brillante carrera de alto funcionario
público: “Este santo Obispo admiraba y amaba al Imperio romano al que había servido
leal y generosamente hasta los 35 años de edad, antes de ser elegido Pastor de la
Iglesia Ambrosiana.
Esta consideración por la legítima Autoridad, cultivada
desde la juventud, salió reforzada por la gracia del Bautismo, al punto que amaba
apasionadamente a la Iglesia no solamente en la riqueza espiritual de verdad y de
vida, sino también en lo concreto de sus Organismo y de los hombres que la componen,
en particular los pobres y los últimos… El Papa Recordó además que San Ambrosio al
ser Obispo, supo indicar a los responsables de las Instituciones civiles aquellos
valores cristianos que dan nuevo vigor y nuevo esplendor a la obra de cuantos están
comprometidos en la vida pública.
Al evocar la insigne figura de éste Obispo
y Doctor de la Iglesia, Benedicto XVI dijo a los prefectos reunidos en la Sala Clementina
del Vaticano, que él, animado por un gran amor y respeto tanto por las Instituciones
estatales como por aquellas eclesiales, constituye un extraordinario ejemplo de rectitud,
especialmente su lealtad a la ley y la firmeza contra las injusticias y las opresiones,
como también por la valentía, con la que reclamaba también a los potentes y a todos
enseñaba los principios de la auténtica libertad y del servicio.
Tomando como
modelo a San Ambrosio, Obispo y Doctor de la Iglesia el Papa dijo a los Prefectos
de Italia que, en calidad de altos representantes del Estado, y en el ejercicio de
sus propias responsabilidades, ellos están llamados a unir credibilidad y profesionalidad,
sobre todo en los momentos de tensión y de contrastes. Por este motivo los invitó
a tomar como estímulo y aliento para que el trabajo que desempeñan pueda estar cada
día al servicio de la justicia, de la paz, de la libertad y del bien común. (P.JAUREGUI
– RV)