Editorial Octava Dies: “La familia de las naciones”
Sábado, 8 oct (RV).- “La familia de las naciones”, así titula nuestro director general,
el P. Federico Lombardi, su editorial para el semanario “Octava Dies” del Centro Televisivo
Vaticano.
A veces nos
preguntamos por qué una autoridad religiosa como la Santa Sede participa en las actividades
de una conferencia mundial como la Asamblea de las Naciones Unidas, con frecuencia
teatro de duros choques políticos. Considerando que el status de la Santa Sede es
el de Observador – y, por tanto, no participa en las votaciones- para comprender basta
leer el discurso de S.E. Mons. Mamberti, Secretario para las Relaciones con los Estados,
en la sesión en curso.
Es fácil reconocer la continuidad con las últimas grandes
intervenciones de los Papas en Nueva York. Juan Pablo II había insistido con fuerza
en el hecho de que las Naciones Unidas deben ser el lugar en que las naciones se reconocen
como miembros de una “familia”, animada por la solidaridad recíproca y por la preocupación
por el bien común de la entera humanidad. A la luz de este punto de vista, Benedicto
XVI había desarrollado el concepto de la “responsabilidad que hay que proteger”, como
expresión concreta de la atención por los más débiles.
Mons. Mamberti parte
precisamente de aquí, aplicando esta responsabilidad a las crisis humanitarias en
curso -a partir de la del Cuerno de África- y a la tutela de la paz, de la seguridad
y de los derechos del hombre. Insiste después sobre la libertad religiosa, hoy con
demasiada frecuencia patentemente violada o sutilmente limitada marginando la religión
de la vida de la sociedad. Después vuelve a insistir sobre la relación entre ética
y economía, que se encuentra en la base de la crisis global actual. Habla del desarrollo
sostenible al que la ONU dedicará pronto una conferencia internacional, recordando,
precisamente, que la conciencia de ser “familia de naciones” guía y sostiene el sentido
de responsabilidad y la tutela del ambiente, así como también la lucha contra el comercio
de armas.
“La familia es una comunidad fundada en la interdependencia, en la
confianza mutua, en la ayuda recíproca y el respeto sincero”, concluye Mons. Mamberti.
Recordarlo es el interés de cada persona humana, para que se convierta en una realidad
viva en el mundo. Por esto, sobre todo, la Santa Sede está en Nueva York. (Traducción
de María Fernanda Bernasconi – RV).