El Papa y la presidencia del CELAM examinan el aumento de la violencia en América
Latina
Viernes 7 oct (RV).- El Santo Padre antes de mediodía ha recibido en audiencia a la
Presidencia del Consejo Episcopal Latinoamericano y del Caribe CELAM. El grupo de
prelados estaba encabezado por el presidente Mons. Carlos Aguiar Retes, Arzobispo
de Tlalnepantla (México), junto con los vicepresidentes: Mons. Rubén Salazar Gómez,
Arzobispo de Bogotá (Colombia); y Mons. Dimas Lara Barbosa, Arzobispo de Campo Grande
(Brasil); el secretario general del CELAM Mons. Santiago Jaime Silva Retamales, Auxiliar
de Valparaiso (Chile); así como el presidente del Comité Económico Mons. Carlos María
Collazzi Irazábal, Obispo de Mercedes (Uruguay) y al padre Leónidas Ortiz, secretario
general adjunto.
Los dirigentes del CELAM examinaron con el Pontífice algunos
de los asuntos más importantes para la Iglesia en la región, entre ellos el incremento
de la violencia en algunos países. Los obispos manifestaron sus inquietudes sobre
temas de actualidad en el continente como la legalización del aborto, el matrimonio
entre homosexuales y la adopción de niños por parejas del mismo sexo.
Estos
directivos permanecerán en Roma hasta el próximo 12 de octubre para mantener reuniones
con diferentes dicasterios de la Santa Sede. La agenda de los obispos latinoamericanos
incluye reuniones con representantes de la Congregación para la Doctrina de la Fe,
del Clero, con el Concejo Pontificio para la Justicia y la Paz.
Les recordamos
que Benedicto XVI celebró en mayo del 2007 su primer viaje a América Latina, a Brasil,
para inaugurar la quinta asamblea general del CELAM, celebrada en Aparecida. La asamblea
definió la nueva estrategia pastoral de la Iglesia para la región -como se puede leer
en el documento final- en el espíritu de “un nuevo Pentecostés”.
Los miembros
del episcopado latinoamericano están llamados a ser discípulos y misioneros de Jesucristo,
Camino, Verdad y Vida, para que nuestros pueblos tengan vida en Él. Ellos expresan,
junto con Benedicto XVI, que el patrimonio más valioso de la cultura de nuestros pueblos
es “la fe en Dios Amor”. Reconocen con humildad las luces y las sombras que hay en
la vida cristiana y en la tarea eclesial. Quieren iniciar una nueva etapa pastoral,
en las actuales circunstancias históricas, marcada por un fuerte ardor apostólico
y un mayor compromiso misionero para proponer el Evangelio de Cristo como camino a
la verdadera vida que Dios brinda a los hombres.