Alemania se prepara a acoger mañana a Benedicto XVI
RV - Alemania se prepara a acoger mañana a Benedicto XVI que llegará a Berlín, primera
etapa del vigésimo primer viaje internacional del Pontificado. Un intenso viaje de
cuatro días: del 22 al 25 de septiembre. El itinerario de la visita del Papa comprende
tres ciudades: además de Berlín, Erfurt y Friburgo. Imponentes medidas de seguridad
se están preparando para la llegada del Papa, siendo ésta la primera visita oficial
a su tierra natal. Oigamos a nuestro enviado en Berlín, Raúl Cabrera
Faltan
pocas horas para la llegada del Papa a Alemania… Mañana, jueves 22, Benedicto
XVI empezará su visita oficial en Berlín, para luego continuarla en Erfurt y Friburgo
de Brisgovia. En la Capital Federal el Santo Padre permanecerá solo un día desarrollando
una intensa agenda que contempla -entre otros- encuentros institucionales y con representantes
de las comunidades judía y musulmana… Material y espiritualmente, Berlín se está
preparando desde hace varias semanas a este importante momento: en las últimas horas
las calles evidencian la inminente llegada del Pontífice con el recorrido que realizará
ya demarcado y con banderas y cartelones alusivos, y en las iglesias desde la misa
del pasado domingo se está invitando a la comunidad a prepararse con gozo a esta visita
que sin duda “traerá un necesario viento de renovación”.
Los berlineses
esperan con una cierta curiosidad y no sin una pizca de orgullo a este, su ilustre
compatriota. “Wir sind Papst”: “Nosotros somos Papa”, es la frase que acompaña desde
el inicio de pontificado la visión y sintetiza la relación que los alemanes tienen
con Joseph Ratzinger, y que aquí en estas horas se siente con creciente intensidad.
Ayer martes por la mañana abrió sus puertas el Centro de Prensa del
Gobierno Federal, acogiendo a los más o menos tres mil periodistas acreditados que
de todo el mundo siguen llegando e instalándose para seguir la visita. Desde el último
fin de semana la televisión ha dedicado varios espacios a la figura del Pontífice
y la historia del Vaticano. También la prensa nacional va aumentando el número de
sus artículos relacionados con este viaje. La opinión de aquellos a favor y aquellos
en contra se manifiesta a través de las cartas de lectores a los principales cotidianos.
“Toda Berlín espera al Papa”, es el titulo que condensa la atmosfera de estas horas,
detallando las actividades que el Santo Padre cumplirá. La primera etapa
en este tercer viaje de Benedicto XVI a su tierra desde su elección, tras el de Colonia
en agosto de 2005 para la Jornada Mundial de la Juventud y el de Baviera en septiembre
de 2006, trae a una sociedad fuertemente marcada por el materialismo y el individualismo
el mensaje del Papa a todos los ciudadanos y no sólo a los católicos, recordándoles
el lema de su peregrinación: “Donde esta Dios, allí hay futuro”.
Todos
los medios de comunicación han centrado la atención en la visita que realizará el
Pontífice, bajo invitación de las autoridades, al Parlamento alemán, donde el Papa
pronunciará un importante discurso. Una cita que no ha dejado de crear polémica, con
la declinación de algunos parlamentarios a participar en el evento, en cuanto arguyen
que no se corresponde con la laicidad del Estado.
Ciertamente, los desafíos
para Benedicto XVI en este viaje son muchos. El diálogo ecuménico con los luteranos
para el Santo Padre ocupa un lugar de primer orden. Y mucho más, si se colocan en
el contexto de una sociedad cada vez más secularizada, donde también el catolicismo
sufre un creciente éxodo, que no sólo responde a las crisis internas que ha vivido
la Iglesia en el último período, sino también a una descristianización generalizada
que aleja a los fieles de las raíces de su propia cultura.
No es gratuito reconocer
entonces, que es muy apropiado el lema de este viaje: “Donde hay Dios, ahí hay futuro”
que indica, que sin los valores de la fe, sin la esperanza, será difícil encontrar
respuestas a los grandes retos del mundo de hoy, desde la crisis económica mundial,
hasta las preocupaciones por el ambiente, la erradicación de la violencia y la pobreza.