Santa Sede/ONU: combatir la mortalidad durante el parto sin promover el aborto
RV- “El nivel de mortalidad en el momento del parto que se registra en el mundo es
inaceptable”. Así lo expresó monseñor Silvano Tomasi, Observador Permanente de la
Santa Sede ante Naciones Unidas y organismos internacionales en Ginebra, durante la
XVIII Sesión del Consejo de Derechos Humanos, en la que se discutió el tema de la
reducción de la mortalidad por causa del embarazo.
Reducir la mortalidad relacionada
con el embarazo en el mundo, sin reconocer el aborto como método de planificación
familiar es la recomendación del arzobispo Tomasi que en su intervención reafirmó
que “se deben incrementar la atención y los recursos para un fenómeno que se define
como un desafío para el sector sanitario, el desarrollo humano y los derechos humanos.
“Es necesario reconocer con tristeza- subrayó el prelado vaticano- que no
ha habido progresos suficientes para evitar las 350 mil muertes durante el embarazo
y en el momento del parto. No obstante, según monseñor Tomasi, la emergencia sobre
los riesgos para la mujer van aún más allá con prácticas como la infibulación femenina,
los matrimonios de niñas y otras violencias. En este contexto subrayó que es necesario
reafirmar nuevamente que cada mujer tiene la misma dignidad que el hombre”. “La mujer-
agregó- tiene un puesto y una vocación distinta pero no de menor valor que los del
hombre”
La Santa Sede presentó como desafíos avanzar desde el punto de vista
legal para la promoción de las condiciones de la mujer, el mejoramiento de los sistemas
sanitarios para una asistencia completa y sistemas de monitoreo sobre las obligaciones
de los Estados sobre estos temas. La Iglesia católica- explicó monseñor Tomasi- tiene
una compromiso con el ámbito sanitario, y en particular con las personas excluidas
de la asistencia asegurada por los gobiernos y en el ámbito educativo, pero también
en la promoción de políticas que protejan sus derechos.
Si bien son estas
las coincidencias con las posturas del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, el prelado
vaticano hizo dos distinciones: la iglesia no comparte la expresión “aborto peligroso”
que pretende sugerir que existe un “aborto sano”; reafirma que cualquier aborto destruye
la vida humana y mucho menos lo concibe como un método de planificación familiar.
Por otra parte, la iglesia no acepta programas de promoción de la contracepción y
del aborto que- como explicó Monseñor Tomasi- por ejemplo en África no resuelven las
principales causas de mortalidad. ATD-RV